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Alfredo Segatori, consagrado en el Guinness, transforma el gris de los barrios en magia.

Una jirafa de 45 metros de altura que se asoma desde el año pasado en el barrio porteño de Monte Castro, donde las casitas bajas todavía se imponen sobre las torres (en el mural "Mirando Miranda" de, justamente, la calle Miranda 4725).

"El regreso de Quinquela", un homenaje de 2.100 metros cuadrados al pintor de La Boca, que fue consagrado como el más grande del mundo en la categoría “hecho por un pintor” por el Guinness 2015 (en Pedro de Mendoza y San Antonio). Y sigue la lista de "celebridades" pintadas por Alfredo Segatori, pionero del graffitti local en la década de 1980 y autor de más de 100 obras de arte callejero sólo en la Ciudad de Buenos Aires. Para explorar durante o después de La Noche de los Museos.

Alfredo Segatori, consagrado en el Guinness, transforma el gris de los barrios en magia.




Y a esa lista de street art se suma este año -entre otras piezas- "Limurock" (10 metros de alto x 8,66), una fiesta de colores vibrantes, muchos flúo, sobre la fachada de un taller mecánico de Villa Crespo (Muñecas 1012) y sobre una limusina que durmió durante unos 5 años, bajo el polvo, adentro. "Gracias a este trabajo conocí a Charly García, en el negocio de Dani, dueño de la limusina", cuenta Segatori, el muralista récord.

Trabaja arriba de una grúa de 26 metros de altura con la que pinta, Segatori explica: "Conozco al dueño del taller, Daniel Iñigo, hace unos años porque es mi chapista. Cada tanto le proponía: ¿cuándo te pinto el frente del local y hacemos trueque por la chapa y pintura de mi camioneta? Y así nació este trabajo, 'Exabrupto de color sobre el Taller Impacto'".

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Limurock. En el frente del taller Impacto de Villa Crespo. Charly García usó la limusina.

"¿La limusina? Dani la tenía tapada por polvo y le ocupaba todo el taller -sigue Segatori-. Yo también le decía: ¿cuándo sale a la calle? Y, tras muchas idas y vueltas, lo convencí de 'exabruptearla'. La sacó y la sumé al mural: apareció la 'Limurock'.

"¿Que qué pasó con Charly García? A la obra 'Limurock' la expuse en la feria BADA, en La Rural. No sé bien si ahí o cómo, la limu llegó a ojos del mismísimo Charly, que dijo: 'Es re Say No More'. Fue al taller de Dani y, en cuanto entró, preguntó: '¿Dónde está mi limusina?' Enseguida llevamos para ahí el teclado de mi hijo Theo -de 11 años-, que recién había sacado el tema 'Yendo de la cama al living', lo tocó y Charly cantó. Fue algo único y estoy muy agradecido. Después, la 'Limurock' se puso en marcha y se transformó en la Limurock de Charly García. El 23 de octubre él la usó ir a festejar su cumpleaños. Y esto recién empieza".

Vista. De los murales que Segatori empezó a pintar en 2018.

El mural de la "Limurock" representa incluso más que todo aquello. Es parte de la nueva serie de Segatori, que crea ahora lejos de Villa Crespo: en el Puerto. Se titula "Exabrupto del Color". Y, afirma él, el nombre la define muy bien. Exabrupto: gesto brusco e inesperado que se manifiesta con enfado y viveza. "Resulta descriptivo de lo que tengo ganas de hacer, que no es figurativo, que está lejos de la abstracción geométrica, que es más expresivo", indica.

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Llamas. Otros pobladores de los murales portuarios que realiza Segatori.

Búho. Segatori lo creó en 2018 en el Puerto.

"Para mí, es una gran experiencia aplicar el color con la intensidad del movimiento sobre la inmensa superficie minimalista de los areneros, en esos bloques de cemento sin ventanas -agrega Segatori-. Siento que metí todo en la licuadora: el minimalismo de esos edificios, parte de las 'técnicas' del expresionismo abstracto y los colores pop". Entusiasmadísimo, completa: “Es muy catártico arrojar color a borbotones contra estos gigantes grises. Lo digo siempre porque es así: me siento un poco como el Quijote contra los molinos de vientos“.

En pausa. Segatori, mate en mano, frente a un fragmento de Exabrupto de Color.

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Hace rato que Segatori empezó a ponerle color al gris del Puerto, en el marco del plan oficial para convertirlo en un paseo. El año pasado hizo un trabajo colosal, "Fauna portuaria", de 1.200 metros de largo y 16 de alto, sobre las fachadas de areneras de la Dársena F. La pieza está formada por murales que representan a un yaguareté ñato, un águila mora, un cóndor andino, un guacamayo verde, un búho, un colibrí, llamas. Muchos, en extinción.

Máquinas para pintar. Listas, en Rafael Obligado, entre las calles 12 y 14.

El tema de los animales en riesgo fue elegido por Segatori junto con las areneras sobre cuyos muros pintó. Pero la ecología y los derechos de los animales ya estaban en su trabajo. En su "arte cartonero". Por ejemplo, en su mural "Tecno Rasta y Chino Milenario", hecho en 2018 en el frente de un bar en Palermo con bolsas de cartoneros y parte de su pelopincho vieja. Asombró durante un año pero -cuenta ahora- el negocio cerró y la pieza se perdió.

Las mismas preocupaciones por el cuidado de la naturaleza siguen en sus obras. A comienzos de este año, cuando Segatori empezó a crear "Mirando Miranda", contó a Clarín: “Hace rato que quiero hacer un homenaje a Pelusa, la elefanta que murió en 2018 en el ex zoo de La Plata -tenía 52 años y una enfermedad por la que no podía moverse normalmente y pasó casi dos años parada-. Y aunque la del mural se llama Miranda me gustaría que ayudara a recordar a la jirafa Shaki, que murió, también el año pasado, en otro ex zoo, el de Buenos Aires, descompensada”. “La idea es ayudar a tomar conciencia sobre la necesidad de que los zoológicos estilo siglo XIX no existan más”.

Paseo en progreso. Falta pero ya llegan visitantes en bici y en combis, cuenta el pintor.

Con animales o con "manchas" que evocan un arcoíris intenso, en el Puerto, "cada mural toma identidad propia y juntos hacen que convivan lo figurativo y lo abstracto -insiste Segatori-. Hoy ya son visitados por grupos de turistas que llegan en bicicleta o en combis".

-¿Qué es lo que más le entusiasma de pintar en esta zona?

-Me entusiasman esas grandes superficies de cemento, corroídas por el tiempo, que se ven desde lejos. Es mi "leitmotiv" intervenir en los espacios olvidados, monocromáticos, como era el Puerto el año pasado, o donde está 'El Regreso de Quinquela', en Barracas.

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Para esta nota GPS, Clarín le pidió a Segatori -también presidente de la Fundación Cultural Andén 2222, de la cooperativa El Ceibo- que seleccionara algunos de sus trabajos para empezar a redescubrir el área portuaria que viene transformando. Cada elegido tiene un por qué, que él explica abajo. Pero a todos los une una intención que Segatori remarca siempre: "Que se puedan disfrutar más allá de las explicaciones, que te provoquen una sonrisa".

Los elegidos del muralista récord:

Los colores del muralista récord en el Puerto y en los barrios

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1) Guinness. No está en la misma zona que el resto de los trabajos elegidos por Segatori para esta nota. Pero "El regreso de Quinquela" es un homenaje de este muralista a Benito Quinquela Martín, el pintor que marcó a La Boca. El que inventó "la sonrisa de colores" para empezar a cambiar el Riachuelo. Con 2.100 metros cuadrados pintados en látex exterior y aerosol "free-hand" (mano libre), el mural entró al récord, justamente, Guinness en 2015, como el más grande del mundo en la categoría “hecho por un pintor”.

Power, Lucho y sus perros. La obra que se incorporó este año al mural récord de Segatori, en Barracas.

Segatori recuerda cómo creció la pieza: "La primera parte la hice en 2013: eran 1.300 metros cuadrados, y en 2014 alcanzó los 2.100. Fueron vecinos quienes me pidieron continuarla y, de a poquito, fui incluyendo a aquellos que tenían ganas de estar. Quedaron más de 70 retratos".

Vista. Del mural más grande del mundo hecho por dos manos, según el Guinnes 2015. Para Quinquela Martín, en Barracas.

"A 'El regreso de Quinquela' lo elijo ahora -agrega Segatori- por ser una de las obras más importantes de mi carrera. Por lo que sucedió con los vecinos, por esa relación que se generó con ellos, y por su gran repercusión internacional". Y porque sigue expandiéndose: "Este año pude hacer un reciclaje de una parte, con apoyo del Fondo Metropolitano de Cultura, y sumar una nueva, al agregar la pintura de 'Power, Lucho y sus perros'. Es que la mega pieza fue elegida entre los cuatro proyectos más relevantes de la cultura argentina por el Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias 2018. Está en Pedro de Mendoza y San Antonio, en Barracas. Frente al Riachuelo, claro.

Segatori y Juani. El muralista y una vecina del mega homenaje a Quinquela, en 2013, cuando nació.

2) "El jilguero y el Vendaval". De 16 metros de alto y 60 de ancho, marca el inicio del proyecto de Segatori en el Puerto. Incluye varios edificios, varios animales: desde un búho hasta llamas. "Fue un desafío por la complejidad de las superficies sobre las que está pintado. Si bien tuve que consensuar la temática de animales autóctonos, incluso en extinción, con las empresas y con el Puerto, me gusta trabajar con el tema: subrayarlo, colaborar para que pensemos". En Avenida Costanera Rafael Obligado s/n, entre calle 7 y calle 14.

Fragmento. La obra El Jilguero y el Vendaval abarca aves, como el búho, y llamas.

3) "Águila mora". La elección de esta pieza, de 16 metros de alto y 50 de ancho, tiene un objetivo más "turístico", en el sentido de que invita a dar una vuelta por el paseo en construcción. "En este caso, yo di toda la vuelta de la arenera Quarai. Porque 'Águila forma parte de los trabajos de la serie 'Fauna Portuaria', junto los de Arenera Vendaval, Transportes Fluviales El Jilguero y Arenera Padua", indica Segatori. En Avenida Costanera Rafael Obligado s/n, entre la calle 7 y la 8.

Zoom. El águila de Segatori, imponente.

Panorámica. Del águila de Segatori en el Puerto porteño.

4) "Exabrupto de Color Puerto". Uno de los murales fundacionales de la flamante serie "Exabrupto de Color", en la que Segatori hace que las "manchas" que surgen de "arrojar" la pintura sobre los muros -como supuestos gestos espontáneos- y los tonos sean protagonistas. Todo, lejísimo de la figuración, de sus animales de la serie vecina, "Fauna portuaria". Acá, sobre moles de cemento, tira pintura -"500 litros en total"- un poco evocando a Jackson Pollock, el padre del expresionismo abstracto y la pintura "de acción" -por "chorreado"-. Y también aggiorna los colores clásicos del pop con la fuerza del flúo. Las formas rígidas parecen ablandase, como si soñaran con evaporarse. ¿No sugieren nubes de fuego?

Soft. Los tonos vibrantes evocan nubes de ensueño en los silos del Puerto.

Este trabajo ocupa dos bloques de cemento de 22 metros de altura cada uno: el primero está compuesto por 4 cilindros y el otro es geométrico e irregular. En Avenida Costanera Rafael Obligado s/n, entre calle 12 y calle 14. Prevén inaugurarla oficialmente el 22 de noviembre a las 19, gratis.

Bonus paint tracks:

5) El taller, la limusina y Charly, en Villa Crespo. Este combo integra la serie "Exabrupto del Color", lo último de Segatori. Nació al pintar el frente del taller de su chapista, Dani Iñigo, y su vieja limusina, en Villa Crespo. Los colores, potentes, y la técnica son nuevas. "Tiró" pintura para que pareciera consecuencia de gestos impetuosos. De exabruptos. Además, la "Limurock" fue un imán para Charly García, que la usó el 22 de octubre para ir a celebrar su cumpleaños. En Muñecas 1020.

Muñecas 1020. El taller de Dani, intervenido por Segatori. Y la limusina de Charly García.

6) La jirafa de Monte Castro. El mural sobre la jirafa Miranda nació en enero de este año, como adelantó Clarín acá. De 45 metros de alto por 20, se asoma en el barrio porteño de, justamente, Monte Castro, dominado por casas bajas.

“Soy de Floresta, de toda la vida, de muy cerquita de donde está el mural. Así que me entusiasmó que me pidieran pintarlo desde la constructora Nocito: hace mucho quería ofrecerle un trabajo al barrio”, contó Segatori a Clarín cuando lo empezó. Hoy agrega: "Quiero que esté entre los murales elegidos para esta nota porque fue una gran satisfacción realizarlo y cómo lo recibieron los vecinos, su alegría. Tengo pendiente pasar por unos jardines de infantes para hablar sobre él, ya que llevan a los chicos a verlo".

Miranda aparece en la calle Miranda 4725. De ahí, "Mirando Miranda", el título de la pintura. Un juego de palabras que le suma gracia.

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