"El sexo de las madres", En un filme sin tabúes.
ESPECTACULOS
Cine.
La hija de Enrique Carreras coprotagoniza “El sexo de las madres”, que estrenó ayer.
Victoria Carreras.
2/11/12
Como en aquella canción de Almendra, Ana no duerme . Lleva a cuestas una cicatriz que de cuando en cuando supura y no la deja accionar. Supo engendrar y parir, pero no necesariamente criar. “Es que no hay una forma de ser mamá, sino miles posibles”, define Victoria Carreras, justamente Ana en El sexo de las madres , filme que se estrenó ayer.
La película que dirige Alejandra Marino -con el protagónico además de Roxana Blanco- se convierte en el debut cinematográfico de Carolina Rodríguez Carreras, hija de Victoria (que a la vez es hija de Enrique y Mercedes Carreras). La adolescente es la sexta generación de una familia de artistas, y su madre se emociona cuando repasa sus propios comienzos, junto a Luis Sandrini: “El era hombre de pocas palabras, pero de un gran magnetismo. Debuté a los ocho años en Así es la vida . Luis se paraba en el contraplano, algo a lo que las primeras figuras no accedían por lo general. Lo hacía para que yo pudiera tener su mirada en lugar de un punto cualquiera. Un gesto de grandeza”.
Entre el melodrama y el thriller, la historia de El sexo de... se dispara cuando una desesperada Ana llama a su amiga Laura (Blanco) en pedido de auxilio. El reencuentro vuelve a poner en palabras una desgracia que por años fue silenciada. El título, ambiguo, tiene, según Carreras, sus “buenas razones”: “Se refiere a que por el mismo lugar por donde una mujer puede traer hijos al mundo, es por donde goza. No es que sea una película con moraleja, pero la historia se obstina en instalar el tema de la violencia de género, el aborto clandestino y cómo impacta en las mujeres de menos recursos, justo cuando el tema está en el debate de la agenda”.
Los personajes protagónicos no son el prototipo de madres de manual ¿Desde qué lugar se explican?
Desde la herida. No son el estereotipo de madres Utilísima . Son mujeres vulnerables que quedaron desamparadas. Algo se rompió. Todo lo demás en sus vidas es consecuencia de esa herida. Ana, mi personaje, sigue como puede, tiene felicidades módicas. Es esa clase de mujer que se siente inadecuada. Tiene grandes sueños, pero hasta el más pequeño le es difícil de sostener. Acabo de recibir el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de Tucumán, y allá escuchaba por TV el testimonio de una madre cuya hija fue violada en una fiesta. Los abusos pasan a la vuelta de casa, como si fuera una novela, y ocurren más de lo que se dice. Por suerte en la película podemos hablarlo y con cierta belleza. En mi adolescencia, en dictadura, hubiera sido impensado filmar algo así.
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Cine
Como en aquella canción de Almendra, Ana no duerme . Lleva a cuestas una cicatriz que de cuando en cuando supura y no la deja accionar. Supo engendrar y parir, pero no necesariamente criar. “Es que no hay una forma de ser mamá, sino miles posibles”, define Victoria Carreras, justamente Ana en El sexo de las madres , filme que se estrenó ayer.
La película que dirige Alejandra Marino -con el protagónico además de Roxana Blanco- se convierte en el debut cinematográfico de Carolina Rodríguez Carreras, hija de Victoria (que a la vez es hija de Enrique y Mercedes Carreras). La adolescente es la sexta generación de una familia de artistas, y su madre se emociona cuando repasa sus propios comienzos, junto a Luis Sandrini: “El era hombre de pocas palabras, pero de un gran magnetismo. Debuté a los ocho años en Así es la vida . Luis se paraba en el contraplano, algo a lo que las primeras figuras no accedían por lo general. Lo hacía para que yo pudiera tener su mirada en lugar de un punto cualquiera. Un gesto de grandeza”.
Entre el melodrama y el thriller, la historia de El sexo de... se dispara cuando una desesperada Ana llama a su amiga Laura (Blanco) en pedido de auxilio. El reencuentro vuelve a poner en palabras una desgracia que por años fue silenciada. El título, ambiguo, tiene, según Carreras, sus “buenas razones”: “Se refiere a que por el mismo lugar por donde una mujer puede traer hijos al mundo, es por donde goza. No es que sea una película con moraleja, pero la historia se obstina en instalar el tema de la violencia de género, el aborto clandestino y cómo impacta en las mujeres de menos recursos, justo cuando el tema está en el debate de la agenda”.
Los personajes protagónicos no son el prototipo de madres de manual ¿Desde qué lugar se explican?
Desde la herida. No son el estereotipo de madres Utilísima . Son mujeres vulnerables que quedaron desamparadas. Algo se rompió. Todo lo demás en sus vidas es consecuencia de esa herida. Ana, mi personaje, sigue como puede, tiene felicidades módicas. Es esa clase de mujer que se siente inadecuada. Tiene grandes sueños, pero hasta el más pequeño le es difícil de sostener. Acabo de recibir el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de Tucumán, y allá escuchaba por TV el testimonio de una madre cuya hija fue violada en una fiesta. Los abusos pasan a la vuelta de casa, como si fuera una novela, y ocurren más de lo que se dice. Por suerte en la película podemos hablarlo y con cierta belleza. En mi adolescencia, en dictadura, hubiera sido impensado filmar algo así.
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