Esta es la vacuna experimental para luchar contra el coronavirus: cómo seguirán los voluntarios sus vidas y qué se hará si enferman.
Fue en Seattle y permanecerán en monitoreo permanente. La dosis para combatir el virus chino fue desarrollada por una empresa radicada en Massachusetts y un instituto nacional norteamericano.

El farmacĂ©utico Michael Witte sostiene una bandeja con una jeringa que contiene una inyecciĂłn que se utilizĂł en el ensayo clĂnico de estudio de seguridad de la primera etapa de una vacuna potencial para COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus chinio (AP)
Investigadores estadounidenses administraron este lunes las primeras vacunas en una primera prueba experimental contra el coronavirus, lo que dio lugar a una bĂşsqueda mundial de protecciĂłn incluso en momentos en que la pandemia aumenta.
Con golpes cuidadosos en los brazos de cuatro voluntarios sanos, los cientĂficos del Instituto de InvestigaciĂłn Washington Kaiser Permanente en Seattle comenzaron la primera etapa de un ansiado estudio para una posible vacuna contra el COVID-19 desarrollada en tiempo rĂ©cord despuĂ©s de que el nuevo virus explotĂł en China y se avivĂł. en todo el mundo.
“Ahora somos del equipo coronavirus”, dijo la lĂder del estudio de Kaiser Permanente, la doctora Lisa Jackson, en la vĂspera del experimento. “Todos quieren hacer lo que puedan en esta emergencia”.


Associated Press observĂł que la primera participante del estudio, una gerenta de operaciones en una pequeña empresa de tecnologĂa, recibiĂł la inyecciĂłn en una sala de examen. “Todos nos sentimos tan indefensos. Esta es una oportunidad increĂble para hacer algo”, dijo Jennifer Haller, de 43 años, de Seattle, antes de vacunarse. Sus dos hijos adolescentes “piensan que es genial” que participe en el estudio.
DespuĂ©s de la inyecciĂłn, saliĂł de la sala de examen con una gran sonrisa: “Me siento genial”.
Otros tres fueron los siguientes en la fila para una prueba que finalmente le dará a 45 voluntarios dos dosis, con un mes de diferencia entre cada una.
El hito del lunes marcĂł solo el comienzo de una serie de estudios en personas necesarias para probar si las vacunas son seguras y podrĂan funcionar. Incluso si la investigaciĂłn va bien, la vacuna no estarĂa disponible para un uso generalizado sino en un lapso de 12 a 18 meses, dijo el doctor Anthony Fauci de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglĂ©s).
En una conferencia de prensa, el presidente Donald Trump elogiĂł la rapidez con que la investigaciĂłn habĂa progresado. Fauci señalĂł que han pasado 65 dĂas desde que los cientĂficos chinos compartieron la secuencia genĂ©tica del virus. Dijo que creĂa que era un rĂ©cord para desarrollar una vacuna para ser probada.
Esta vacuna candidata, llamada mRNA-1273, fue desarrollada por la NIH y la empresa de biotecnologĂa Moderna Inc. con base en Massachusetts. No hay posibilidad de que los participantes puedan infectarse porque las vacunas no contienen el coronavirus en sĂ.
No es la única vacuna potencial en proceso. Docenas de grupos de investigación en todo el mundo están compitiendo para crear una vacuna contra COVID-19. Se espera que otro candidato, realizado por Inovio Pharmaceuticals, comience su propio estudio de seguridad el próximo mes en Estados Unidos, China y Corea del Sur.
El experimento de Seattle comenzĂł dĂas despuĂ©s de que la OrganizaciĂłn Mundial de la Salud (OMS) declarara que el nuevo brote de virus era una pandemia debido a su rápida propagaciĂłn mundial, que ha infectado a más de 183.000 personas y matĂł a más de 7.000.
COVID-19 ha cambiado el tejido social y econĂłmico del mundo desde que China identificĂł el virus por primera vez en enero, con amplias regiones cerrando escuelas y negocios, restringiendo los viajes, cancelando eventos de entretenimiento y deportivos, y alentando a las personas a mantenerse alejadas entre sĂ.
Comenzar lo que los cientĂficos llaman el primer estudio en humanos es una ocasiĂłn trascendental para los cientĂficos, pero Jackson describiĂł el estado de ánimo de su equipo como “moderado”. Han estado trabajando durante todo el dĂa preparando la investigaciĂłn en una parte de los Estados Unido golpeada temprana y duramente por el virus.
AĂşn asĂ, “pasar de no saber siquiera que este virus estaba ahĂ afuera... a tener alguna vacuna” en las pruebas en unos dos meses no tiene precedentes, dijo Jackson a la AP.
Algunos de los voluntarios sanos cuidadosamente seleccionados para el estudio, de entre 18 y 55 años, recibirán dosis más altas que otros para evaluar quĂ© tan fuertes deben ser las inoculaciones. Los cientĂficos verificarán cualquier efecto secundario y extraerán muestras de sangre para evaluar si la vacuna está acelerando el sistema inmune, en busca de pistas alentadoras como las que el NIH ha encontrado anteriormente en ratones vacunados.
“No sabemos si esta vacuna inducirá una respuesta inmune o si será segura. Por eso estamos haciendo una evaluaciĂłn”, enfatizĂł Jackson. “No estamos en la etapa en que serĂa posible o prudente dárselo a la poblaciĂłn en general”.
Neal Browning, de 46 años, de Bothell, Washington, es un ingeniero de redes de Microsoft que dice que sus hijas están orgullosas de haber sido voluntario. “Todos los padres quieren que sus hijos los admiren”, dijo. Pero les ha dicho que no se jacten con sus amigos. “TambiĂ©n son otras personas. No es solo papá allá afuera”.
El hito del lunes marcĂł solo el comienzo de una serie de estudios en personas necesarias para probar si las vacunas son seguras y podrĂan funcionar. Incluso si la investigaciĂłn va bien, la vacuna no estarĂa disponible para un uso generalizado sino en un lapso de 12 a 18 meses, dijo el doctor Anthony Fauci de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglĂ©s).
En una conferencia de prensa, el presidente Donald Trump elogiĂł la rapidez con que la investigaciĂłn habĂa progresado. Fauci señalĂł que han pasado 65 dĂas desde que los cientĂficos chinos compartieron la secuencia genĂ©tica del virus. Dijo que creĂa que era un rĂ©cord para desarrollar una vacuna para ser probada.
Esta vacuna candidata, llamada mRNA-1273, fue desarrollada por la NIH y la empresa de biotecnologĂa Moderna Inc. con base en Massachusetts. No hay posibilidad de que los participantes puedan infectarse porque las vacunas no contienen el coronavirus en sĂ.
No es la única vacuna potencial en proceso. Docenas de grupos de investigación en todo el mundo están compitiendo para crear una vacuna contra COVID-19. Se espera que otro candidato, realizado por Inovio Pharmaceuticals, comience su propio estudio de seguridad el próximo mes en Estados Unidos, China y Corea del Sur.
El experimento de Seattle comenzĂł dĂas despuĂ©s de que la OrganizaciĂłn Mundial de la Salud (OMS) declarara que el nuevo brote de virus era una pandemia debido a su rápida propagaciĂłn mundial, que ha infectado a más de 183.000 personas y matĂł a más de 7.000.
COVID-19 ha cambiado el tejido social y econĂłmico del mundo desde que China identificĂł el virus por primera vez en enero, con amplias regiones cerrando escuelas y negocios, restringiendo los viajes, cancelando eventos de entretenimiento y deportivos, y alentando a las personas a mantenerse alejadas entre sĂ.
Comenzar lo que los cientĂficos llaman el primer estudio en humanos es una ocasiĂłn trascendental para los cientĂficos, pero Jackson describiĂł el estado de ánimo de su equipo como “moderado”. Han estado trabajando durante todo el dĂa preparando la investigaciĂłn en una parte de los Estados Unido golpeada temprana y duramente por el virus.
AĂşn asĂ, “pasar de no saber siquiera que este virus estaba ahĂ afuera... a tener alguna vacuna” en las pruebas en unos dos meses no tiene precedentes, dijo Jackson a la AP.
Algunos de los voluntarios sanos cuidadosamente seleccionados para el estudio, de entre 18 y 55 años, recibirán dosis más altas que otros para evaluar quĂ© tan fuertes deben ser las inoculaciones. Los cientĂficos verificarán cualquier efecto secundario y extraerán muestras de sangre para evaluar si la vacuna está acelerando el sistema inmune, en busca de pistas alentadoras como las que el NIH ha encontrado anteriormente en ratones vacunados.
“No sabemos si esta vacuna inducirá una respuesta inmune o si será segura. Por eso estamos haciendo una evaluaciĂłn”, enfatizĂł Jackson. “No estamos en la etapa en que serĂa posible o prudente dárselo a la poblaciĂłn en general”.
La mayor parte de la investigaciĂłn de vacunas en curso en todo el mundo se dirige a una proteĂna llamada “espiga” que tacha la superficie del nuevo coronavirus y permite que invada las cĂ©lulas humanas. Bloquee esa proteĂna y las personas no pueden infectarse.
Los investigadores del NIH copiaron la secciĂłn del cĂłdigo genĂ©tico del virus que contiene las instrucciones para que las cĂ©lulas creen la proteĂna espiga. Moderna encerrĂł ese “ARN mensajero” en una vacuna.
La idea: el cuerpo se convertirá en una mini fábrica, produciendo algunas proteĂnas de espiga inofensivas. Cuando el sistema inmunitario detecta la proteĂna extraña, producirá anticuerpos para atacar y estará preparado para reaccionar rápidamente si la persona se encuentra con el virus real.
Esa es una forma mucho más rápida de producir una vacuna que el enfoque tradicional de cultivar virus en el laboratorio y preparar inyecciones de versiones muertas o debilitadas.
Pero debido a que las vacunas se administran a millones de personas sanas, lleva tiempo probarlas en cantidades lo suficientemente grandes como para detectar un efecto secundario poco común, advirtió el doctor Nelson Michael, del Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed, que está desarrollando un candidato vacunal diferente.
“La ciencia puede ir muy rápido pero, primero, no hacer daño, ¿verdad?” le dijo a los periodistas la semana pasada.
El instituto de investigaciĂłn de Seattle es parte de una red gubernamental que prueba todo tipo de vacunas y fue elegido para el estudio de la vacuna contra el coronavirus antes de que COVID-19 comenzara a difundirse ampliamente en el estado de Washington.
Kaiser Permanente examinĂł a docenas de personas, buscando a aquellos que no tienen problemas de salud crĂłnicos y que actualmente no están enfermos. Los investigadores no están verificando si los posibles voluntarios ya tenĂan un caso leve de COVID-19 antes de decidir si son elegibles.
Si algunos lo hicieron, los cientĂficos podrán determinar la cantidad de anticuerpos en su análisis de sangre previo a la vacunaciĂłn y dar cuenta de eso, dijo Jackson. A los participantes se les pagará $100 por cada visita a la clĂnica en el estudio.
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