El fenĂłmeno de las cervecerĂas en el barrio.
Hay barrios que tienen una en cada esquina. E incluso más. Las cervecerĂas crecieron en los Ăşltimos años y su expansiĂłn, que se convirtiĂł en un fenĂłmeno, la ciudad busca regular el rubro.

Según un relevamiento de una de las cámaras, la de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA), hay más de 200 bares de cerveza artesanal en la Ciudad, de los cuales la mitad está en Palermo.
Los legisladores oficialistas Francisco Quintana, Daniel Del Sol, Cristina GarcĂa, Mercedes De las Casas y Roberto Quattromano (quien terminĂł su mandato en diciembre) presentaron un proyecto para crear un marco regulatorio.
Las cervecerĂas tambiĂ©n comenzaron a instalarse en barrios residenciales en donde no habĂa actividad gastronĂłmica. Los locales suelen ser chicos, y los clientes terminan saliendo a la vereda para fumar o porque adentro hace calor o no hay espacio.
Aunque muchas se instalaron sobre avenidas en donde ya se registraba actividad gastronómica, también fueron abriendo locales en calles sin restaurantes. En Caballito, por ejemplo, se volvió frecuente ver bares, con mesas en las calles, en arterias poco transitadas durante las noches.
El proyecto de la Legislatura que busca regular la actividad, tiene que ver sobre todo con que la mayorĂa de las cervecerĂas artesanales son además puntos de recarga de botellones (llamados tambiĂ©n “growlers”), que se consumen fuera del bar.
De aprobarse el proyecto, las empresas deberán cumplir con un proceso estandarizado de higienización, tanto se trate de la cerveza tirada desde una chopera como la que se fracciona a pedido del cliente.
Los envases deberán ser de vidrio o acero inoxidable y tener tapa hermética. Y quien la expenda debe hacer la limpieza correspondiente. Pero si el cliente lleva su propio recipiente, es él quien deberá hacerse cargo de la higienización, y dejar constancia en un libro de actas.

Según un relevamiento de una de las cámaras, la de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA), hay más de 200 bares de cerveza artesanal en la Ciudad, de los cuales la mitad está en Palermo.
Los legisladores oficialistas Francisco Quintana, Daniel Del Sol, Cristina GarcĂa, Mercedes De las Casas y Roberto Quattromano (quien terminĂł su mandato en diciembre) presentaron un proyecto para crear un marco regulatorio.
Las cervecerĂas tambiĂ©n comenzaron a instalarse en barrios residenciales en donde no habĂa actividad gastronĂłmica. Los locales suelen ser chicos, y los clientes terminan saliendo a la vereda para fumar o porque adentro hace calor o no hay espacio.
Aunque muchas se instalaron sobre avenidas en donde ya se registraba actividad gastronómica, también fueron abriendo locales en calles sin restaurantes. En Caballito, por ejemplo, se volvió frecuente ver bares, con mesas en las calles, en arterias poco transitadas durante las noches.
El proyecto de la Legislatura que busca regular la actividad, tiene que ver sobre todo con que la mayorĂa de las cervecerĂas artesanales son además puntos de recarga de botellones (llamados tambiĂ©n “growlers”), que se consumen fuera del bar.
De aprobarse el proyecto, las empresas deberán cumplir con un proceso estandarizado de higienización, tanto se trate de la cerveza tirada desde una chopera como la que se fracciona a pedido del cliente.
Los envases deberán ser de vidrio o acero inoxidable y tener tapa hermética. Y quien la expenda debe hacer la limpieza correspondiente. Pero si el cliente lleva su propio recipiente, es él quien deberá hacerse cargo de la higienización, y dejar constancia en un libro de actas.