Los británicos, con temor por la seguridad en los Juegos Olímpicos.

Tweet Compartir Siguen los incidentes. Sienten que la imagen de Londres quedó golpeada y que puede afectar la llegada de turistas.

* Una nueva victima por los desmanes. * Culpan a Blackberry por los disturbios. * Ver todo sobre Disturbios en Londres. El orgullo de albergar por tercera vez en la historia los Juegos Olímpicos, en 2012, se ha convertido en Londres en una mezcla de agobio y vergüenza . A todos los persiguen las imágenes de pesadilla que brotaban de los medios, los alaridos y golpes que reproducían las radios y desplegaban los periódicos, y los apabullantes titulares, para el orgullo nacional, de la prensa mundial. La ciudad capital estaba bulliciosa y alegre con millares de turistas visitando los principales atractivos, entre los cuales se encontraban todo tipo de grandes carteles anunciando un evento que convertía a Londres en el centro del mundo. “En medio de los desórdenes, los incendios y los saqueos nos preguntábamos ¿y ahora quién querrá venir a las olimpíadas? Hablábamos en voz baja porque si nos escuchaban los violentos nos hubieran dado una paliza”, recordaban a Clarín los colombianos Jorge y Jonatan, junto al puesto policial en el que comenzaba el bloqueo de la avenida Tottenham Road, donde el sábado pasado se iniciaron los disturbios. Ayer mismo, en el Parlamento, el primer ministro David Cameron citó varias veces a las Olimpíadas como uno de los grandes problemas que tienen que abordar los británicos después de la llamada por algunos medios “Batalla de Londres” . Los disturbios obligaron a suspender el partido amistoso entre Holanda y Gran Bretaña y además otros de menor nivel, pero que frustraron a los aficionados cuando está por comenzar este fin de semana la liga británica. Por lo menos el domingo próximo se jugarían los partidos a hora temprana para que las sombras de la noche, el momento favorito de la violencia, no atrapen a los hinchas. Los británicos se han preparado durante cinco años y todo se intensificaba cuando quedaban sólo doce meses para que el 27 de julio de 2012 se encienda la llama en el Estadio Olímpico de las trigésimas olimpíadas de la era moderna, que durarán hasta el 12 de agosto. La sacrosanta BBC , la excelente radiotelevisión pública británica, llegó a poner en duda la “idoneidad olímpica” de la policía. La gran atleta británica Paula Radcliffe, estrella del maratón, explica avergonzada: “En menos de un año vamos a darle la bienvenida en Londres al mundo, pero en este momento el mundo no quiere venir a visitarnos ”. El principal funcionario de los Juegos de 2012, Richard Sumray admite que “la situación es extremadamente preocupante. Existe un tema a debatir sobre la dirección moral de estos jóvenes y debemos preocuparnos sobre cómo aliviar el problema”. Pero los funcionarios olímpicos insisten en que no existen problemas inmediatos para revisar la seguridad de los Juegos. Existe consenso en que “la imagen de Londres ha sido deteriorada y muchos visitantes quizás se estén replanteando concurrir a los Juegos. El coordinador de la seguridad, Chris Allison, aclaró: “El planeamiento de la seguridad está dirigido por las tareas de inteligencia. Los desórdenes públicos son uno de esos riesgos sobre los que hemos planeado medidas para controlarlos. Después de los acontecimientos recientes es lógico que vamos a revisar esas medidas”. Nadie espera que en un año se hayan solucionado los gravísimos problemas sociales que son el trasfondo de este estallido juvenil. El temor, entonces, es que se repitan de alguna manera y que, entonces, los daños sean mucho más graves.