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Versalles, el barrio porteño de las películas argentinas mas conocidas.

Filmaron escenas de “Esperando la carroza” y “El hijo de la novia”. Y conserva otras historias y lugares para redescubrir. “¿Sabés lo que tenían para comer? Tres empanadas”. “Menos mal que la charlatana de al lado me imita en todo. Yo hago puchero, ella hace puchero, yo hago ravioles, ella hace ravioles. ¡Qué país!” “Ahí lo tenés al pelotudo”. “¡Minusválida mental!” “¿Fayuta yo?”

Versalles, el barrio porteño de las películas argentinas mas conocidas.




Más que un bar. En este negocio de Gallardo y Nogoyá, rodaron escenas de "El hijo de la novia", de Juan José Campanella. El lugar transmite aires antiguos y el ritmo de domingo que caracterizan a los rincones más lindos del barrio.

Estos diálogos ya son casi latiguillos, así que se recuerdan fácilmente. Más, frente a la casa de Echenagucía 1232, en el barrio porteño de Versalles. Es que allí se filmó en 1985 la madre de todos ellos: Esperando la carroza, película dirigida por Alejandro Doria que se convirtió en un clásico del grotesco nacional.

Postal 2011. Tras los arreglos en la fachada de la casa de Echenagucía 1232, donde se rodó parte de "Esperando la carroza". Los impulsaron fanas del film y vecinos.

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Lo dice la placa que la Legislatura colocó en 2011, luego de que fanáticos y vecinos lograran arreglarla. Es que en ese lugar los hermanos Musicardi velan por error a Mamá Cora (Antonio Gasalla), entre otras escenas clave del film. Y, aunque es su principal locación en Versalles hay otras, incluso en la misma cuadra. Al 1255 está la terraza desde la que Mamá Cora contempla su velorio. Y a unos cincuenta metros, la de la cocina donde arruina la mayonesa que prepara su nuera.“Hice flancitos”.

Mirá el trailer de "Esperando la carroza"​ ↓↓↓



Tampoco cuesta imaginarse por qué Doria eligió el lugar. Buscaba una casona antigua en un barrio tranquilo. La de Echenagucía 1232 está muy cerca de cumplir los cien años. Además, aunque el barrio se llama Versalles porque en 1911, cuando llegó el Ferrocarril del Oeste, el médico de esa empresa, José Guerrico, volvía enamorado del castillo homónimo cercano a París, también supo guardar rincones con otro tipo de “lujos”, urbanos, contemporáneos: techos bajos, empedrado y el ritmo suave de domingo cerca del estadio de Vélez y de la General Paz.

Plaza. La antigua Versalles, bautizada en 1952 como Ciudad de Banff, por la urbe escocesa donde condecoraron a San Martín.

Así que Versalles se convirtió en uno de los espacios más arbolados y silenciosos de Capital. Y por eso, y porque filmaron además parte de El hijo de la novia (2001, de Juan José Campanella, candidata al Oscar como mejor película extranjera) en el antiguo bar de Nogoyá y Gallardo, también resulta un barrio “de película”.

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Cambió, claro. El trencito, una especie de miniatura del Sarmiento que iba y venía de la estación de Villa Luro, dejó de funcionar en el ‘52 y una década más tarde demolieron la estación. Cerraron hace mucho las fábricas que crecieron alrededor del ferrocarril. Y Gigante, el primer supermercado de la Ciudad, bajó las persianas en 1970, cinco años después de levantarlas.

Parroquia. Nuestra Señora de la Salud, fundada en los años '30.

Este 25 de mayo, a las 15, el guía del Ente de Turismo porteño, Nicolás Cancino, ofrece una visita gratuita por Versalles. Incluye éstas y otras memorias. Los paseos que ocupan el antiguo predio ferroviario. La parroquia Nuestra Señora de la Salud, de los años ‘30. El Ateneo Popular, del ‘38. Los colegios EE.UU. y Kennedy, del ‘34. Clubes. Y la plaza Ciudad de Banff. Ahí, Mamá Cora, con una corona funeraria entre los brazos, apura el paso junto a otros viejos mientras suena Tengo una vaca lechera, en el final de la película más popular, no la única, de Versalles.

Arte. Un mural del artista argentino Diego Perrotta, en la glorieta de Versalles.

Posible recorrido:

1) De película, literal. La casa donde filmaron escenas de Esperando la carroza (1985), clásico del grotesco. En 2011, luego de que fanáticos y vecinos se movilizaran para arreglarla, la Legislatura puso una placa. Fue edificada en 1929 por un inmigrante español y la heredó su familia. En Echenagucía 1232.

Hoy. Así se ve la casa de Versalles que fue locación clave de "Esperando la carroza".

2) Corazón verde. La Plaza Versalles fue inaugurada en 1930 y rebautizada en el ‘52 como Ciudad de Banff, en honor a la urbe escocesa donde condecoraron a San Martín en 1824. En unos 16.500 m2, entre Arregui, Roma, Lascano y Lisboa, convoca a los vecinos del oeste de la Ciudad.

Arbolada. La plaza principal de Versalles, entre Arregui, Roma, Lascano y Lisboa.

3) Fe y más. La parroquia Nuestra Señora de la Salud nació a fines de los años ‘30. Empezó como un salón y luego se levantó un galpón con esqueleto de madera, sin techos ni revestimientos. Hoy se la distingue por los ladrillos a la vista. En Marcos Sastre 6115.

Vista. La parroquia Nuestra Señora de la Salud, de casi 90 años.

4) A Ceferino. Este homenaje a Ceferino Namuncurá fue realizado por el escultor Amado Armas, vecino de Versalles, con aportes de misioneros salesianos de Don Bosco. En la Plazoleta Ceferino Namuncurá, Peralta y Arregui.

Ceferino. La escultura que lo recuerda, en Peralta y Arregui./ Jorge Sánchez

5) Glorieta. Se rescató del Mercado de Versalles, demolido a fines de los ‘90, La estructura de hierro y policarbonato (en vez de vidrio), típica de esas construcciones industriales, está en el Paseo Versalles, entre Porcel de Peralta y Barragán, de Álvarez Jonte a Arregui. Para milongas y otras movidas culturales.

Huellas. La glorieta, parte del viejo mercado demolido, recuperada.

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