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Villa-Devoto

Los ladrones "anónimos" del Banco Río que nunca cayeron, el Doc, se recibió de abogado en el penal de Devoto.

El Doc y el Nene, dos de los siete integrantes de la banda que cometió el Robo del Siglo, jamás pudieron ser identificados. Quiénes son y qué hacen a catorce años del golpe.



El ladrón que asume su condición como si se tratara de una profesión o un oficio repite hasta el hartazgo que el tipo que tiene códigos no solo es respetado por sus pares, sino que el tiempo suele agregarle un plus que no tiene el delincuente promedio. ¿Qué significa tener códigos en el submundo del hampa? Tener códigos es no delatar al compañero, por ejemplo. Es dividir el botín en partes iguales o no dejar tirado a un socio en un tiroteo.

La historia del Robo del Siglo es archiconocida: un plan magistral para vaciar 145 cajas de seguridad del Banco Río de Acassuso que no tuvo el final deseado por los ladrones porque, justamente, uno de los miembros de la banda habló de más y expuso a sus camaradas. A todos no. Porque dos de los siete bandidos nunca fueron detenidos ni se los vinculó con ese robo puntual hasta el día de hoy.

Las razones son diversas: una coartada inteligente, un pacto de silencio (códigos) y un poco de suerte.

¿Quiénes son? ¿Qué hacen hoy? ¿Cómo viven?

El Doc. Uno de ellos es abogado. Se recibió en la cárcel de Villa Devoto. Tiene un historial delictivo sorprendente que incluye robos a camiones blindados y golpes bajo la modalidad “piratas del asfalto”. Le dicen “el Doc” y es uno de los personajes destacados en la película que recrea el caso y se estrena esta semana.

Su papel es interpretado por Mariano Argento. Es el que suma a uno de los miembros mas importantes de la organización, Luis Mario Viette Sellanes, y el que consigue reperfilar un plan criminal que estaba cerca de ser abortado.

“Cuando el Doc me convoca para la odisea, en realidad el proyecto del robo al Banco Río estaba bastante pinchado porque nadie quería trabajar, los únicos que querían eran el ideólogo (por Fernando Araujo) y el Doc que, por sus tareas de abogado, tampoco podía hacer mucho”, cuenta Vitette Sellanes, el “hombre del traje gris” que entretuvo al negociador del Grupo Halcón en medio de la recordada toma de rehenes del 13 de enero de 2006.

En la película de Ariel Winograd, el Doc figura como Antonio Debauza. Pero ese no es su verdadero nombre, como tampoco es cierto que haya muerto. “Se comenta que falleció en un accidente dos años después del atraco”, sugiere el film. Falso. De hecho, el Doc estaría evaluando participar de un documental sobre el afamado atraco, que prepara Netflix.

En la etapa de instrucción, el abogado estuvo en la mira de los investigadores, pero no pudieron probar su participación porque tenía una coartada sólida: su teléfono celular se activó en La Plata y coincidió con una presentación judicial que justo realizó el día del golpe en los tribunales de la capital provincial. “Capaz algún asistente estaba con su teléfono”, sugiere otro miembro de la organización.

Durante el juicio oral y público que se llevó a cabo en el año 2010, en el que cuatro de los cinco autores identificados fueron condenados, el Doc volvió a aparecer y hasta los jueces plantearon que “se profundice la investigación con relación al mismo”, aunque el pedido finalmente quedó en la nada.

El sospechoso, que actualmente continúa con sus tareas de abogado y defiende a uno de los hijos de un miembro de la banda, no tiene de qué preocuparse. Ya pasaron más de 12 años del robo y prescribió la acción penal.

El misterioso hombre de las leyes es un personaje que “tuvo mucho peso en el proyecto” y que “aportó dinero” para los gastos.

A la hora de la división del botín, por ejemplo, el Doc se llevó la misma parte que el resto de los miembros, aunque para él fue todo ganancia porque no tuvo que pagarle a ningún abogado, como los cinco ladrones que sí fueron detenidos, juzgados y condenados.

El Doc es uno de los siete hombres que entran al banco. Fue filmado por las cámaras de seguridad de la entidad, pero como la calidad del registro es tan mala, casi no se le ve la cara: aparece justo detrás de Beto de la Torre, el ladrón que simuló ser médico, con una peluca y anteojos.

En el ámbito carcelario, el Doc es respetado, solidario y fuente de consulta permanente de muchos internos. Como no tiene problemas económicos, a muchos de ellos los defiende gratis.

El Nene. El otro personaje no reconocido por la historia oficial es un ladrón de origen uruguayo apodado el Nene, aunque actualmente tiene 64 años.

En algunas reseñas aparece como Chulo, un alias falso que solo sirve para despistar y alimentar el misterio. No está en la película, pero su papel en el robo se lo atribuyen a Araujo, ideólogo y líder del golpe.

El Nene es probablemente el más marginal de los siete miembros de la banda. Lo sumó Vitette Sellanes, que lo conoció de su paso por la cárcel de Punta Carretas.

El atracador uruguayo desconocido ingresó a la sucursal de Acassuso con “el hombre del traje gris”. Llevaba un pantalón de vestir, camisa blanca, gafas de sol y un maletín. También lo filmaron las cámaras, pero los investigadores tampoco pudieron develar su verdadera identidad.

El Nene fue clave en la toma de rehenes pero también en la logística previa: participó en la construcción de los dos diques del desagüe subterráneo por el que escaparon los ladrones en dos gomones y fue el encargado de juntar los cabellos que los autores desparramaron para dificultar el trabajo de los peritos.

En aquel entonces, trabajaba en una peluquería porteña ubicada en las calles Uriburu y Perón, que tenía un nombre poco original: La Peluquería de Don Mateo. Allí solía cortarse el fallecido periodista deportivo Sergio Gendler. El Nene es futbolero y siempre recuerda sus acaloradas charlas con el comentarista.

Sus ex compañeros no saben qué hace en la actualidad, aunque sospechan que está preso porque un ladrón con códigos como el Nene no desaparece de un día para el otro sin avisar. Sí reconocen que nunca abandonó su carrera delictiva, que incluso llegó a estar preso en Italia y que despilfarró su parte del botín del Banco Río de Acassuso (se quedó con dos bolsas de residuos llenas de dinero). Sus amigos uruguayos recuerdan una curiosa anécdota: con el dinero del golpe compró tres camionetas Ford Ranger pero como no sabía manejar contrató a tres choferes. Su sueño era llegar a un boliche escoltado por las 4x4. Y lo cumplió. Al poco tiempo despidió a los conductores y vendió las camionetas.

El día que el Doc llamó a Vitette y lo sumó a la banda

Luis Mario Vitette Sellanes, en su libro El ladrón del siglo, reproduce el diálogo que mantuvo con el Doc cuando lo convocó para asaltar el Banco Río. Lo presenta como Ernesto, pero es otro nombre falso:

—Hola, Marito.

—Hola, Doc. ¿Cómo estás?

—Bien, bien. Necesitaba hablarte, mirá qué casualidad, Marito. ¿Tenés plata?

—Sí, sí, tengo, Ernesto ¿Qué necesitás?

—Tenemos que charlar.

—Bueno, tomá mi teléfono. Llamame y nos juntamos.

—¿Querés participar en un ilícito? Nos hace falta una persona capaz y dinero para invertir.

—¿Qué, doctor? Después del laburo que te dio luchar con las cárceles, estudiar en Devoto, convivir Devoto entre el peligro de la prisión y la liberación del estudio hasta recibirte, ¿ahora vas a cometer un ilícito? Dejate de joder. Nosotros proclamamos que estudiar en la cárcel, además de enriquecedor, es modificador de conductas, ¿y ahora?

—Sí, sí. Pero esta oportunidad no la puedo perder. Es muy buena. ¿Te cuento?

—No, no, amigo. Prefiero que no me cuentes, pero te digo algo: ¿vos vas?

—Sí, voy.

—Bueno, si tú vas, yo también voy. Para eso son los amigos



Condenados pero libres

Fernando Araujo: Ideólogo y cabecilla de la organización. Es artista plástico y maestro en artes marciales. Fue condenado a nueve años de prisión aunque solo pasó un año y medio en la cárcel. Se fue a vivir a Europa pero regresó al país para participar en el guión de la película El robo del siglo, que se estrena esta semana.

Luis Mario Vitette Sellanes: Financista del golpe y encargado de las negociaciones con el Grupo Halcón. Recibió la condena más alta (21 años y seis meses de prisión) pero solo cumplió cuatro años. En 2013 fue expulsado del país por la Ley Nacional de Migraciones. Tiene una joyería en San José, Uruguay, y acaba de editar un libro.

Rubén Alberto de la Torre: Entró al banco disfrazado de médico. En 2010 recibió una pena de 12 años de prisión pero salió en libertad condicional en mayo de 2015. Vive en Avellaneda y asegura estar retirado del delito. Estudió la carrera de Periodismo y trabajó como actor en la serie Un gallo para Esculapio.

Sebastián García Bolster: El “ingeniero” fue una pieza clave en el golpe porque estuvo a cargo de la construcción del túnel y los dos diques del desagüe pluvial por donde la banda se fugó con un botín estimado en 25 millones de dólares, joyas y lingotes de oro. Tiene un taller mecánico. Está libre desde febrero de 2014.

Julián Zalloechevarría: El Paisa era el chofer de la banda. Esperó a sus compañeros en una furgoneta VW modelo 93 que estacionó sobre la tapa de una alcantarilla. Después del golpe empezó a estudiar la carrera de Derecho. Fue condenado a ocho años de prisión, y como el resto de los ladrones se encuentra en libertad

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