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Villa-Devoto

La joven que dirigía los robos que cometía su novio.

Durante el día, Tamara Blanco estudiaba Relaciones Públicas en una universidad privada. De noche, coordinaba por teléfono los movimientos de una organización delictiva comandada por su novio, dedicada a irrumpir en casas de jubilados a los que sus cómplices no dudaban en someter a palizas para apoderarse de lo que les quedara a mano: desde cadenas y anillos de oro hasta computadoras y televisores.



Por su condición de universitaria, su lenguaje y su adicción a los celulares de última generación, y porque vivía en Belgrano, el grupo de diez asaltantes que Tamara organizaba fue bautizado por los investigadores como la Banda de la Cheta.

"Tamara Blanco es la persona que teniendo acceso a una educación universitaria sabe cómo manejar, manipular y articular intelectualmente maniobras tendientes a que su pareja obtenga un resultado exitoso", expresó la fiscal de Berazategui María de los Ángeles Attarian Mena, al requerir que sea enjuiciada como presunta organizadora de una asociación ilícita. Emanuel García, el novio de Tamara, fue procesado como el supuesto jefe del grupo delictivo.

Además de su novio, la Cheta involucró en la banda a su madre, Ana, martillera pública, que está acusada de encubrimiento.

"García es la parte ejecutora de los robos. Ejerce la autoridad sobre el resto de la banda, pero no es quien piensa. Blanco es la parte pensante, la que termina ineludiblemente coordinando los pasos que debe seguir su novio con el objetivo de lograr la impunidad", manifestó la fiscal.

En septiembre de 2012, Tamara y Emanuel fueron apresados durante una serie de allanamientos realizados en Quilmes, Berazategui, Villa Devoto y Belgrano. Los efectivos de la Dirección de Investigaciones de Quilmes detuvieron a otros diez presuntos integrantes de la banda.

En un departamento de 11 de Septiembre al 1800, Belgrano, la policía halló una cadena con una cruz de oro que la banda le había robado a una jubilada en Berazategui, el 8 de agosto de 2012.

Según consta en el acta policial, la cadena fue encontrada en una caja fuerte instalada en la parte interna de un placard. Ese departamento pertenecía a Ana, la madre de Tamara, y ese elemento constituyó uno de los elementos utilizados por la fiscalía para fundar el procesamiento por su supuesto encubrimiento.

La relación entre madre e hija era conflictiva. No vivían juntas. Ana le recriminaba a Tamara su ambición desmedida. "Pero andá al carajo, vos con tu nuevo celular, que la señora quiere tener... ¡Pero qué señora, si vos sos una rata! ¡Somos ratas, reaccioná, viví la vida! Pinchá la burbuja que tenés, por favor", le dijo, según consta en una de las escuchas telefónicas incorporadas al expediente.

En las discusiones, Ana no dudaba en apoyar al novio de su hija. Le recriminaba la presión que ejercía sobre Emanuel al exigirle dinero para mantener un buen nivel de vida. "Vos le exigís mucho a ese chico. Dejalo en paz. Va a tener que ir a robar más veces y entonces lo van a agarrar", le decía.

Esa situación anunciada por la madre de la Cheta se cumplió unos días después de esa conversación. Emanuel fue apresado en la esquina de 12 y 140, Berazategui, cuando circulaba en un Volkswagen Bora, patente LGW 514, robado un día antes en Lanús. Al revisar el vehículo, los policías hallaron una pistola calibre 9 milímetros.

Emanuel no lo sabía, pero en ese mismo momento la policía realizaba 15 allanamientos simultáneos. En uno de esos operativos fue detenida su novia, Tamara, la mujer a la que quería darle todos los gustos.

La fiscal Attarian Mena había ordenado las capturas de los 13 integrantes de la banda acusados de al menos seis asaltos a viviendas en las que vivían jubilados.

"Imaginate que yo estoy saliendo a chorear no para comprarme ropa o para disfrutar de salidas. Estaba saliendo a robar para irme a vivir con ella y tenerla como a una reina. Pero ella no valora nada. Yo no puedo seguir el ritmo de ella. Tamara quiere tener el nivel de vida de una doctora", se quejaba Emanuel con un amigo, según consta en otra escucha.

A más de seis años de haber sido detenida, Tamara Blanco insiste con su inocencia. Y sobre su relación con Emanuel García aclara: "Solo estuvimos cuatro meses juntos".

No obstante, existen elementos que la vinculan con el grupo delictivo. Una de esas pruebas es el hallazgo de una notebook Acer Aspire negra cuyo número de serie termina en C1160. Fue encontrada en la casa de los abuelos de Tamara, donde ella vivía, en Emilio Lamarca al 1100. Había sido robada el 15 de agosto de 2012 en Berazategui.

Tamara dijo que Emanuel le dio esa computadora como si fuera nueva, como un regalo. Agregó que nunca supo que era robada.

Ningún testigo reconoció a la Cheta en las viviendas asaltadas. Pero las escuchas telefónicas comprometen a Tamara en el caso.

"Se iban a mandar así, de una, sin saber quién está adentro. Realmente si hay un auto nuevo, hay alguien joven adentro, algún hijo, algún nieto. Los viejos generalmente, por más guita que tengan, no tienen autos nuevos". Así instruía Tamara a Emanuel.

Después de pasar detenida ocho meses, Tamara fue excarcelada en junio de 2013. La relación con Emanuel ya era parte de su pasado. Pero podrían volver a encontrarse dentro de unos meses, cuando ambos sean sometidos a juicio oral como supuestos organizadora y jefe de una asociación ilícita que les robaba a abuelos de Berazategui.

El debate todavía no tiene fecha de inicio. Días atrás, la Cámara de Casación Penal bonaerense definió una cuestión de competencia y determinó que el juicio deberá realizarse en un tribunal oral del Departamento Judicial San Isidro.

Según fuentes judiciales, el cambio de jurisdicción se concretó debido a que Emanuel, mientras gozaba de la excarcelación por los asaltos de Berazategui, habría intentado matar a un policía que trató de detenerlo cuando escapaba en un Peugeot 208 después de robar en la playa de estacionamiento del shopping Unicenter, en Martínez.

Emanuel fue sorprendido cuando, con al menos dos cómplices, robaba el contenido del interior de los autos estacionados en el centro comercial. Usaban un inhibidor de señal de cierre a distancia de los vehículos. Cuando sus propietarios ingresaban en el shopping, se apoderaban de los objetos de valor.

Debido a que el intento de homicidio tiene una pena más grave que la que le sería atribuida por la comisión de los asaltos en Berazategui que le imputaron, a esta causa penal deberán acumularse los procesos anteriores.





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