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Parejas actuales: las convivencias ya igualan a los matrimonios

Derechos y obligaciones de unas y otras.En el Registro Civil porteño se firmaron en 2014 tantos certificados de convivencia como actas de casamientos.


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Parejas actuales: las convivencias ya igualan a los matrimonios
13/10/15



El matrimonio sigue en caída libre. Del 90 a esta parte se redujo a la mitad. De hecho en la ciudad de Buenos Aires las parejas que piden certificados de convivencia ya alcanzaron a las que eligen casarse legalmente. Y si bien el nuevo Código Civil equipara derechos y obligaciones entre casados y convivientes, aún persisten diferencias.

“Durante las últimas dos décadas el número anual de matrimonios registrados en la ciudad se redujo de aproximadamente 22.000 en 1990 a poco más de 12.400 en 2009. En 2010, año de la instauración del matrimonio igualitario, la tendencia se revierte, registrándose un aumento momentáneo de matrimonios en 2010-2011. Posteriormente, continúa la tendencia descendente, en 2014 se inscribieron 11.478 matrimonios: 11.043 de parejas heterosexuales y 435 de parejas compuestas por personas de igual sexo: 278 entre varones y 157 entre mujeres”, dice el último informe de Nupcialidad de la Dirección de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda porteño. Es decir, en 1990 hubo 7,4 matrimonios por cada mil personas y en 2014 fueron sólo 3,8 por mil.

Otro cambio que se viene dando es que la gente se casa cada vez más grande. En el 90 los varones lo hacían a los 29 años, mientras que ahora lo hacen a los 34. Entre las mujeres, pasó de 28 a 33 años. “La cohabitación como forma de unión también se evidencia en la cantidad de certificados de convivencia tramitados en el Registro Civil”, dice el informe. El año pasado se extendieron 10.868 certificados de convivencia, que sirven para compartir la obra social, pero en términos legales, no es lo mismo que estar casados. “El nuevo Código reconoce derechos a las parejas después de dos años de convivencia. El avance es que ahora estas parejas tienen derechos y obligaciones recíprocas, pero igual hay diferencias con los matrimonios -explica a Clarín Osvaldo Ortemberg, abogado de familia-. Los convivientes no heredan uno del otro, ni hay bienes gananciales entre ellos. A la hora de separarse, el juez puede fijar una cuota alimentaria para el más vulnerable de los dos, pero esa cuota no puede durar más que el tiempo que convivieron”.

"El casamiento es un paso más: no es igual”

Paola Bruno no puede con su alegría. Mira su nuevo anillo una y otra vez. “¡Estoy tan tan tan feliz!”, grita. Contadora, 30 años, seis de novia con Iván -también 30, ingeniero de sistemas- cuenta que convivían desde hacía 4 años pero que querían algo más: “Necesitábamos reafirmar nuestro amor. Para nosotros no era lo mismo casarnos o no, y lo hicimos”, cuenta Paola. Así que hubo civil, hubo iglesia con vestido blanco, hubo fiesta con 160 invitados. “La iglesia fue bien tradicional, con Ave María y todo, y la fiesta no fue nada tradicional sino tipo boliche. Fue todo hermoso y ahora es como que estamos más enamorados que antes, no fue para nada un trámite, es algo que nos tomamos muy en serio”. La luna de miel será el año que viene, a Europa, un mes. Pero lo más llamativo es la sorpresa que le dio Iván. “Me regaló media hectárea en la Luna, justo al lado de un cráter”, detalla Paola. ¿Y a quién se la compró? “A la embajada lunar”, contesta seriamente. También un fin de semana en Uruguay.

"El certificado es clave para la obra social”

Tomás Terroba (periodista, 43 años) y Vanesa Leites (35, estilista), viven juntos en Villa Devoto desde hace dos años y son papás de Camilo, de seis meses. Esta semana irán a pedir el certificado de convivencia. “La verdad, lo vamos a hacer por una razón puramente económica. Y es que por mi trabajo yo tengo una buena obra social, en la que también tengo a Camilo, y la quiero sumar a ella, y para poder hacerlo, necesitamos el certificado de convivencia”, explica Tomás. De esa manera, Vanesa dejará de pagar su obra social, y así se van a ahorra unos buenos pesos. “Hablamos sobre el casamiento y a ninguno de los dos nos interesa porque pensamos que no cambia demasiado las cosas”, explica él. Además, los dos ya se habían casado antes con otras parejas, que no resultaron. Vanesa se divorció. Y Tomás y su ex lo harán ahora con el nuevo Código Civil que es mucho más fácil, ya que están de acuerdo en hacerlo, sin conflicto. “No necesitamos casarnos, así estamos muy bien”, concluye Tomás.



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