Continúa el juicio por supuestos sobornos en el Senado durante el 2000.
Continúa el juicio por supuestos sobornos en el Senado durante el 2000.
El ex secretario parlamentario de la Cámara alta, Mario Pontaquarto, abrirá hoy las declaraciones indagatorias de la segunda audiencia del juicio oral al ex presidente radical Fernando De la Rúa y otros siete acusados.
Sobornos. |
21/08/12
Pontaquarto será el primero de los imputados en ser invitado a declarar ante los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo -del Tribunal Oral Federal 3-, que desde la semana pasada llevan adelante el juicio por el escándalo de los supuestos sobornos pagados en 2000 en la Cámara alta para aprobar una reforma laboral y que salpicó al gobierno de la Alianza.
La declaración del "arrepentido", sin embargo, podría demorarse hasta el miércoles, porque las defensas del resto de los imputados tenían previsto realizar una serie de planteos previos para impugnar la realización del juicio y las acusaciones.
"Voy a decir lo mismo que vengo sosteniendo. Que yo llevé el maletín. Que todo se dispuso en una reunión en la Casa de Gobierno en la que De la Rúa estuvo presente", dijo Pontaquarto, confiado en que las pruebas independientes que recolectó el juez federal Daniel Rafecas en la instrucción puedan respaldarlo.
A través de los movimientos de los teléfonos celulares el juez Rafecas dio por acreditada esa reunión en la Casa de Gobierno en la que se habría dispuesto el pago de las coimas ante la dificultad para que el Senado aprobara la reforma laboral que impulsaba la Alianza.
Pontaquarto fue el asesor parlamentario de la UCR que cuatro años después, en 2004, confesó que el 18 de abril de 2000 retiró los cinco millones de pesos/dólares de la Secretaría de Inteligencia (SI) y los llevó a su casa en General Rodríguez.
Luego de aprobada la reforma laboral, el 26 de abril de 2000, según contó Pontaquarto, se dirigió al piso del senador Emilio Cantarero (PJ), en la avenida Callao 1983 en la Capital Federal, y entregó allí cuatro millones de pesos. El otro millón se habría repartido entre radicales.
Hoy Cantarero no está en el banquillo de los acusados por su delicado estado de salud, pero fue procesado en la causa y –de reponerse- será sometido a un juicio en un futuro.
Ahora, el resto de los involucrados se enfrentan al tribunal oral que llevó adelante la megacausa por el atentado contra la AMIA.
En el banquillo están acusados el ex presidente De la Rúa, su ex secretario de Inteligencia Fernando de Santibañes, el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y cuatro ex senadores peronistas: el jujeño Alberto Tell, el entrerriano Augusto Alasino, el rionegrino Remo Costanzo y el formoseño Ricardo Branda.
De la Rúa, Flamarique, De Santibañes y Pontaquarto están acusados de cometer el delito de "cohecho" en su modalidad "activa" -pagar coimas por unos 5 millones de pesos-, mientras por la misma figura penal, pero de forma "pasiva" (recibir los sobornos), fueron imputados los ex senadores.
Las audiencias del juicio se extenderían por lo menos hasta fin de año, tras escuchar a más de 300 testigos entre los que figuran la presidente Cristina Fernández de Kirchner, sus antecesores Carlos Menem y Eduardo Duhalde y el vicepresidente de De la Rúa, Carlos "Chacho" Alvarez, quien renunció a su cargo por el escándalo de las coimas.
Pontaquarto será el primero de los imputados en ser invitado a declarar ante los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo -del Tribunal Oral Federal 3-, que desde la semana pasada llevan adelante el juicio por el escándalo de los supuestos sobornos pagados en 2000 en la Cámara alta para aprobar una reforma laboral y que salpicó al gobierno de la Alianza.
La declaración del "arrepentido", sin embargo, podría demorarse hasta el miércoles, porque las defensas del resto de los imputados tenían previsto realizar una serie de planteos previos para impugnar la realización del juicio y las acusaciones.
"Voy a decir lo mismo que vengo sosteniendo. Que yo llevé el maletín. Que todo se dispuso en una reunión en la Casa de Gobierno en la que De la Rúa estuvo presente", dijo Pontaquarto, confiado en que las pruebas independientes que recolectó el juez federal Daniel Rafecas en la instrucción puedan respaldarlo.
A través de los movimientos de los teléfonos celulares el juez Rafecas dio por acreditada esa reunión en la Casa de Gobierno en la que se habría dispuesto el pago de las coimas ante la dificultad para que el Senado aprobara la reforma laboral que impulsaba la Alianza.
Pontaquarto fue el asesor parlamentario de la UCR que cuatro años después, en 2004, confesó que el 18 de abril de 2000 retiró los cinco millones de pesos/dólares de la Secretaría de Inteligencia (SI) y los llevó a su casa en General Rodríguez.
Luego de aprobada la reforma laboral, el 26 de abril de 2000, según contó Pontaquarto, se dirigió al piso del senador Emilio Cantarero (PJ), en la avenida Callao 1983 en la Capital Federal, y entregó allí cuatro millones de pesos. El otro millón se habría repartido entre radicales.
Hoy Cantarero no está en el banquillo de los acusados por su delicado estado de salud, pero fue procesado en la causa y –de reponerse- será sometido a un juicio en un futuro.
Ahora, el resto de los involucrados se enfrentan al tribunal oral que llevó adelante la megacausa por el atentado contra la AMIA.
En el banquillo están acusados el ex presidente De la Rúa, su ex secretario de Inteligencia Fernando de Santibañes, el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y cuatro ex senadores peronistas: el jujeño Alberto Tell, el entrerriano Augusto Alasino, el rionegrino Remo Costanzo y el formoseño Ricardo Branda.
De la Rúa, Flamarique, De Santibañes y Pontaquarto están acusados de cometer el delito de "cohecho" en su modalidad "activa" -pagar coimas por unos 5 millones de pesos-, mientras por la misma figura penal, pero de forma "pasiva" (recibir los sobornos), fueron imputados los ex senadores.
Las audiencias del juicio se extenderían por lo menos hasta fin de año, tras escuchar a más de 300 testigos entre los que figuran la presidente Cristina Fernández de Kirchner, sus antecesores Carlos Menem y Eduardo Duhalde y el vicepresidente de De la Rúa, Carlos "Chacho" Alvarez, quien renunció a su cargo por el escándalo de las coimas.
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