“Asumo que tengo un problema”
“Asumo que tengo un problema”.
Dos días después del escándalo con sus ex, Alé habló sobre su miedo al compromiso y se comparó con Michael Douglas, adicto al sexo.
 Matias Alé. |
26/07/12
“Estoy en un momento en que tengo que reconstruirme. Yo asumo, como Michael Douglas, que tengo un problema. Pero no es solamente el tema del sexo, es el del compromiso: me asusta cuando veo que estoy flaqueando en preservar cosas mías. Yo lo tengo que corregir porque si no voy a terminar solo como perro malo. Yo no me sé salir de las situaciones, inconcientemente debo generar algo para no salir por la puerta, sino que me saquen eyectado. y no está bueno, porque terminás lastimando a los demás”.
Así se sinceró Matías Alé en una charla breve (de 21 minutos), pero jugosa, con Guillermo “El Pelado” López, en su programa Antes que sea tarde (a las 20.30, por América). Alé estaba comprometido para esa cita, como parte de la promoción del ciclo Gigantes del catch , que conduce desde la semana pasada por América. Pero, claro, la otra pelea, la que tuvo con su novia, Floppy Tesouro, devenida en “el escándalo de los mensajitos de texto”, daba para mucho más.
Recapitulando, para el lector que se perdió en la novelita: Matías Alé salía con Floppy desde hacía cuatro meses. El lunes, en ShowMatch (donde ambos concursan), Silvina Escudero, ex de Matías, mostró -en vivo- mensajes de texto de él muy seductores. Ahí nomás Floppy rompió su noviazgo, y el episodio invadió la TV en programas de lo más variados y con todo tipo de testimoniantes.
Después de mucho sufrir porque Alé no llegaba, dos minutos antes del cierre del programa finalmente López recibió al latin lover de la semana. Alé empezó contando que el lunes, tras ser deschavado, “empecé a sentir que se me contracturaban los músculos y la boca como cuando falleció mi viejo. Las situaciones son incomparables, pero el nivel de estrés era alto. Es muy difícil poder explicarle a la gente lo que uno siente”. Pero dijo, entre otras cosas, que los mensajes a Silvina no eran “tan importantes” y que se debían a su necesidad de mantener algún tipo de vínculo con “personas que compartieron momentos lindos de mi vida” (en castellano, con sus ex mujeres). “Tal vez el error fue mío por creer que eso podía ser posible”, reflexionó. Comentó que está haciendo terapia para ver de qué manera subsana su miedo al compromiso, y ejemplificó: “una situación como que llegue el domingo y tener que armar un plan porque es domingo, y tenés que ir al cine, me empieza a agarrar una cosa...” “Yo, de chiquito -amplió-, salí con el cordón umbilical apretado, salí violeta, entonces como que cualquier situación desde ese momento, no sé, me asusto. Pero me es muy difícil a mí hacer respetar mis espacios y mis tiempos”. “¡Quiero que me dejen solo, quiero estar con mis amigos hasta la hora que se me cante el culo! -gritó, finalmente, en el espacio de confesiones del ciclo, titulado “El fin del mundo”.
“Estoy en un momento en que tengo que reconstruirme. Yo asumo, como Michael Douglas, que tengo un problema. Pero no es solamente el tema del sexo, es el del compromiso: me asusta cuando veo que estoy flaqueando en preservar cosas mías. Yo lo tengo que corregir porque si no voy a terminar solo como perro malo. Yo no me sé salir de las situaciones, inconcientemente debo generar algo para no salir por la puerta, sino que me saquen eyectado. y no está bueno, porque terminás lastimando a los demás”.
Así se sinceró Matías Alé en una charla breve (de 21 minutos), pero jugosa, con Guillermo “El Pelado” López, en su programa Antes que sea tarde (a las 20.30, por América). Alé estaba comprometido para esa cita, como parte de la promoción del ciclo Gigantes del catch , que conduce desde la semana pasada por América. Pero, claro, la otra pelea, la que tuvo con su novia, Floppy Tesouro, devenida en “el escándalo de los mensajitos de texto”, daba para mucho más.
Recapitulando, para el lector que se perdió en la novelita: Matías Alé salía con Floppy desde hacía cuatro meses. El lunes, en ShowMatch (donde ambos concursan), Silvina Escudero, ex de Matías, mostró -en vivo- mensajes de texto de él muy seductores. Ahí nomás Floppy rompió su noviazgo, y el episodio invadió la TV en programas de lo más variados y con todo tipo de testimoniantes.
Después de mucho sufrir porque Alé no llegaba, dos minutos antes del cierre del programa finalmente López recibió al latin lover de la semana. Alé empezó contando que el lunes, tras ser deschavado, “empecé a sentir que se me contracturaban los músculos y la boca como cuando falleció mi viejo. Las situaciones son incomparables, pero el nivel de estrés era alto. Es muy difícil poder explicarle a la gente lo que uno siente”. Pero dijo, entre otras cosas, que los mensajes a Silvina no eran “tan importantes” y que se debían a su necesidad de mantener algún tipo de vínculo con “personas que compartieron momentos lindos de mi vida” (en castellano, con sus ex mujeres). “Tal vez el error fue mío por creer que eso podía ser posible”, reflexionó. Comentó que está haciendo terapia para ver de qué manera subsana su miedo al compromiso, y ejemplificó: “una situación como que llegue el domingo y tener que armar un plan porque es domingo, y tenés que ir al cine, me empieza a agarrar una cosa...” “Yo, de chiquito -amplió-, salí con el cordón umbilical apretado, salí violeta, entonces como que cualquier situación desde ese momento, no sé, me asusto. Pero me es muy difícil a mí hacer respetar mis espacios y mis tiempos”. “¡Quiero que me dejen solo, quiero estar con mis amigos hasta la hora que se me cante el culo! -gritó, finalmente, en el espacio de confesiones del ciclo, titulado “El fin del mundo”.
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