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Bárbara Lombardo: "Me encantan los hombres"

Bárbara Lombardo: "Me encantan los hombres".

Entrevista. La actriz de “Condicionados”. En el unitario de El Trece, compone a una pornostar enamorada del personaje de Leticia Bredice. Aquí habla del budismo, del cine porno y de sus propios límites.


Bárbara.


6/06/12
Para hacer de boxeador, los actores van al gimnasio, se entrenan, hacen peleas. Para encarnar a un loco, lo más común es que se den una vuelta por un manicomio. Para interpretar a una actriz porno, ¿qué se hace? La que más me dio una pista es la actriz porno Sasha Grey. Me impresionó, tiene un physique du rôle con el que me identifiqué. Dije: “me podría pasar lo mismo que a ella”.
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¿Viste sus películas?

Sí, un par.

¿Y?

Y, es una animal. Es impresionante lo que hace, yo no lo puedo creer. Es un shock. Decía ¡¿cómo puede ser que pase esto?! Está con ocho pibes al mismo tiempo. Es una fiera.

La que habla es Bárbara Lombardo, la aspirante a actriz porno de Condicionados , el unitario que estrenó El Trece. Su imagen sorprende más aún en el contraste con su personaje inmediatamente anterior, la sufrida Pochi, una piba nacida y criada en la villa en El puntero .

¿A vos el porno qué te produce?

No me produce mucho. Sí, en un momento te calentás, pero después decís ya basta . Tiene algo medio violento. Me produce mucho asombro, pero no me gusta demasiado.

¿Fantaseaste con ser actriz porno?

Nunca. No podría hacerlo. Imaginate que este personaje me cuesta...

¿Es verdad que pediste una doble para las escenas de desnudos?

Sí. Se armó revuelo con eso, ¿no? Pero es renormal. Por ahí cometí el error de decirlo. Cuando me ofrecieron el personaje, lo planteé y lo aceptaron.

¿No querías hacer desnudos?

No quería, no me animaba. No hubiera aceptado el personaje si no podía usar dobles.

Es raro aceptar el papel de una actriz porno y no querer desnudarse.

Son límites que uno pone y que el otro acepta o no, como en la vida. Yo veo un montón de cosas raras en la tele todo el tiempo: esto no me parece tan extraño.

¿Qué es más jugado: actuar en “Condicionados” o participar de “Bailando por un sueño”?

Yo no me animaría a estar en Bailando por un sueño. Me da terror, porque las piruetas que hacen son muy peligrosas. Cada vez que revolean a una chica por el aire, digo ¡no, va a quedar parapléjica! Si a mí me tiraran para arriba, me quedaría petrificada, caería y me haría añicos.

En realidad me refería al nivel de exposición del cuerpo.

¡Ah! No, tampoco lo haría.

¿A una actriz porno la llamarías “colega”?

Seguramente sí: si todo el mundo la llama actriz por algo es. Trabaja en películas, interpreta escenas... Aunque no vi mucho cine porno en el que hubiera escenas dramáticas. Lo tendría que pensar un poco más.

Tenés un maestro budista, Arnaud Maitland, que tiene casi el mismo apellido que Víctor Maytland, el director emblemático del cine porno argentino. Seguro que lo habrás consultado antes de aceptar el papel.

¡Es verdad, no me había dado cuenta! Claro que le pregunté. En febrero me fui a un retiro espiritual y le hablé del trabajo que se venía.

¿Qué te dijo?

Lo que pasa es que es un programa sobre actores porno, pero en realidad son personas, no son objetos. En nuestra cultura hay una gran obsesión por la observación del cuerpo. Pero detrás de esos cuerpos hay seres humanos.

¿Entonces ”Condicionados” sería como un “Gasoleros”, pero con la expectativa de que en algún momento aparezca un culo?

Esa es la expectativa del público, seguro. Y se va a ver carne. No la mía. En este contexto no quise, después no sé qué haré en mi vida. A mí me interesó hacer a esta chica, Yael, que está decidida a hacer de todo por salir de donde está. Está lleno de chicas que son capaces de hacer cualquier cosa por medio minuto de ser miradas. Yael lo que pide a gritos es ¡por favor, mírenme! Está lleno de esas chicas, sobre todo en la televisión.

Hay en todos lados. No hay que mirar la tele para eso. He trabajado en oficinas y se ve cada cosa... En la calle, en un bar, en un colectivo, está lleno de chicas y hombres que buscan eso. Es verdad que hay algo de la fama que da la televisión que es atractivo. También se puede decir eso del poder económico.

¿Cada vez se vende más sexualidad televisada?

Si una telenovela con un hombre lobo no funcionó; otra de gente con superpoderes tampoco, tal vez haya llegado el momento de probar con una de sexo...

La culpa no es de la tele. Por instinto somos todos sexuales, en mayor o menor medida. Es algo que pedimos todos. Todos tenemos una sexualidad única, irrepetible, diferente. Es obvio que es interesante: la intimidad ajena despierta el morbo, la curiosidad. El ser humano tiene una naturaleza chusma: veo gente que todo el tiempo habla de los otros.

Por eso el éxito de los programas de chimentos.

¡Ni hablar! Por eso el éxito de una reunión de amigas que se pasan la tarde hablando de otros.

¿Te preocupa quedar encasillada como chica sexy?

Venís de La Pochi de “El puntero”, que tenía lo suyo.

Recién ahora me estoy dando cuenta de que tengo levante. No ando por la vida tratando de seducir: soy de estar de novia. Pero este es mi lugar ahora y no reniego: la belleza está bien vista, es valorada.

¿Sos de esas actrices que siente que la televisión es superficial y quieren hacer teatro para trascender?

A mí me gustaría hacer de Nina, de La gaviota de Chéjov. El teatro te da la posibilidad de sentir, entender, investigar... En televisión los tiempos son recortitos: tenés que ser muy hábil y muy rápida para contar algo. Cuando me ofrecieron trabajar en teatro estaba de novia con un chico de Mar del Plata, y si aceptaba no podía verlo. Siempre prioricé el amor. Después me fui a México.

También por un chico: los hombres definen tu lugar de residencia.

La vida afectiva es importante para mí. Me encantan los hombres, aprendo mucho de ellos. Tuve tres novios importantes y los quiero.

Decías que no buscás seducir, pero el trabajo del actor implica buscar el aplauso de los demás.

Yo lo que busco es ser feliz. Me pregunté ¿cómo voy a ser más feliz en mi vida? A los 20 dije “actuando”. Quizás después sea escribiendo o siendo mamá. Pero empecé a estudiar teatro y dije quiero ser actriz toda mi vida . Estudiaba Derecho, pero buscaba algo que me hiciera sentir.

Derecho y actuación parecen opuestos, salvo en los juicios orales.

Sí, de hecho duré siete meses. Estaba buscando. Y de repente me llegó Cautiva, y Resistiré ... Necesito trabajar, no tengo un padre millonario. A veces tengo que aceptar para no ir a laburar a una librería.

¿Y el budismo?

Empecé hace mucho: practico budismo tibetano. En el 2008 conocí a mi maestro, hice un retiro de silencio, y me fascinó. Llegué a donde quería llegar. Me interesa entender al ser humano, su mente, de dónde viene el sufrimiento. Me sirve para no perder el tiempo y saber que la vida es un acontecimiento único.

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