Una jornada marcada por los abucheos.
Una jornada marcada por los abucheos.
En la competencia oficial Las nuevas películas de Carlos Reygadas y de Lee Daniels fueron mal recibidas.
Nicole Kidman y Zac Efron actúan en “The Paperboy”, de Lee Daniels. |
25/05/12
Ya es un clásico en el Festival de Cannes el hábito del abucheo, el escarnio público de parte de un grupo de personas –críticos y/o periodistas de cine, uno debería suponer, ya que sucede en las funciones de prensa- a una determinada película. La bastante incómoda y violenta situación puede ser más o menos generalizada (no se puede hablar de “merecimientos”: ninguna película ni director merece ser recibido de esa manera) y puede tocarle a filmes muy distintos entre sí. Eso es lo que sucedió ayer aquí, con las dos películas en competencia: ambas fueron más abucheadas que aplaudidas, pero uno supone que por públicos totalmente distintos.
La primera en recibir el burdo ataque fue Post Tenebras Lux, del mexicano Carlos Reygadas, una película muy personal acerca de una familia que vive en un lugar alejado de todo. Filmada en la casa del propio realizador y alrededores, y con sus hijos en los roles de los hijos de la pareja protagonista, uno podría definir al filme como un drama familiar y una exploración de la naturaleza que incluye elementos bíblicos (en algún punto se toca con el filme de Terrence Malick, El árbol de la vida) y al que le suma elementos fantásticos.
Filmada, además, en un formato clásico, casi cuadrado, y usando en exteriores un lente que deforma los costados de la pantalla, Post... tiene algún parecido temático y estético con Japón, ya que va yendo de escenas de espectacularidad y extrañamiento visual a otras de cotidiano acercamiento con la gente del pueblo, aunque su descripción de la vida burguesa mexicana –vacía, conflictuada- introduce un nuevo elemento en el cine del realizador mexicano.
El filme tiene varias escenas fuertes, shockeantes, en una mezcla que a algunos –a juzgar por los abucheos- les pareció excesiva, pero que está siempre dentro de la lógica de la película y del cine del realizador, que es llevar a las últimas consecuencias (literalmente) los choques sexuales, sociales, religiosos y familiares que plantea.
La otra película mal recibida ayer fue The Paperboy, suerte de thriller sureño de Lee Daniels, director de Preciosa. Zac Efron, Matthew McConaughey, Nicole Kidman y John Cusack son los protagonistas de este filme que transcurre en los ’60 y se centra en un periodista (McConaughey) que intenta sacar a un condenado a muerte de la cárcel (Cusack), una mujer (Kidman) que se escribe cartas con ese preso y el hermano del periodista (Efron), enamorado de esa mujer mucho mayor que él.
Pero la descripción de su trama mucho no dice del tipo de película que The Paperboy es: un excesivo y por momentos grotesco filme negro que muestra a Kidman pasada de rosca, a un desquiciado Cusack, y a Efron y McConaughey como dos hermanos muy distintos entre sí, en un filme que intenta ser todo el tiempo provocativo y zarpado, pero la mayor parte de las veces sólo queda en el ridículo.
“Estaba buscando algún papel más peligroso y crudo cuando apareció este guión”, dijo la actriz de 44 años a la prensa aquí. “No me gusta que la gente piense que no puedo hacer tal género o tal papel. Estoy preparada para fallar, pero quiero tener la oportunidad de probar. Eso me mantiene trabajando. Si no tuviera curiosidad o deseo de hacerlo, no trabajaría más”.
Ya es un clásico en el Festival de Cannes el hábito del abucheo, el escarnio público de parte de un grupo de personas –críticos y/o periodistas de cine, uno debería suponer, ya que sucede en las funciones de prensa- a una determinada película. La bastante incómoda y violenta situación puede ser más o menos generalizada (no se puede hablar de “merecimientos”: ninguna película ni director merece ser recibido de esa manera) y puede tocarle a filmes muy distintos entre sí. Eso es lo que sucedió ayer aquí, con las dos películas en competencia: ambas fueron más abucheadas que aplaudidas, pero uno supone que por públicos totalmente distintos.
La primera en recibir el burdo ataque fue Post Tenebras Lux, del mexicano Carlos Reygadas, una película muy personal acerca de una familia que vive en un lugar alejado de todo. Filmada en la casa del propio realizador y alrededores, y con sus hijos en los roles de los hijos de la pareja protagonista, uno podría definir al filme como un drama familiar y una exploración de la naturaleza que incluye elementos bíblicos (en algún punto se toca con el filme de Terrence Malick, El árbol de la vida) y al que le suma elementos fantásticos.
Filmada, además, en un formato clásico, casi cuadrado, y usando en exteriores un lente que deforma los costados de la pantalla, Post... tiene algún parecido temático y estético con Japón, ya que va yendo de escenas de espectacularidad y extrañamiento visual a otras de cotidiano acercamiento con la gente del pueblo, aunque su descripción de la vida burguesa mexicana –vacía, conflictuada- introduce un nuevo elemento en el cine del realizador mexicano.
El filme tiene varias escenas fuertes, shockeantes, en una mezcla que a algunos –a juzgar por los abucheos- les pareció excesiva, pero que está siempre dentro de la lógica de la película y del cine del realizador, que es llevar a las últimas consecuencias (literalmente) los choques sexuales, sociales, religiosos y familiares que plantea.
La otra película mal recibida ayer fue The Paperboy, suerte de thriller sureño de Lee Daniels, director de Preciosa. Zac Efron, Matthew McConaughey, Nicole Kidman y John Cusack son los protagonistas de este filme que transcurre en los ’60 y se centra en un periodista (McConaughey) que intenta sacar a un condenado a muerte de la cárcel (Cusack), una mujer (Kidman) que se escribe cartas con ese preso y el hermano del periodista (Efron), enamorado de esa mujer mucho mayor que él.
Pero la descripción de su trama mucho no dice del tipo de película que The Paperboy es: un excesivo y por momentos grotesco filme negro que muestra a Kidman pasada de rosca, a un desquiciado Cusack, y a Efron y McConaughey como dos hermanos muy distintos entre sí, en un filme que intenta ser todo el tiempo provocativo y zarpado, pero la mayor parte de las veces sólo queda en el ridículo.
“Estaba buscando algún papel más peligroso y crudo cuando apareció este guión”, dijo la actriz de 44 años a la prensa aquí. “No me gusta que la gente piense que no puedo hacer tal género o tal papel. Estoy preparada para fallar, pero quiero tener la oportunidad de probar. Eso me mantiene trabajando. Si no tuviera curiosidad o deseo de hacerlo, no trabajaría más”.
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