Mirtha y los K.
Mirtha y los K.
En charla con Nelson Castro. Legrand admitió que, por momentos, se sintió víctima de la intolerancia durante la gestión.
 Mirtha Legrand. |
2/05/12
Los almuerzos se veían muchísimo, y a veces he molestado, pero no sólo a este gobierno, a muchos gobiernos. Los almuerzos no pasaban desapercibidos, porque llevaba gente conocida y de pronto se emitían opiniones que caían mal a las autoridades. En general los gobernantes no quieren ser criticados”, aseguró Mirtha Legrand, en una entrevista que le hizo Nelson Castro, en su programa Primera mañana , de Radio Mitre.
La parte más política de la conversación sobrevino cuando el periodista le preguntó si durante la gestión kirchnerista se había sentido “víctima de la intolerancia”, “Sí, por momento sí, con algunas actitudes, pero no directamente -aclaró Mirtha-. No he sido prohibida ni nada de eso, pero sí hubo algunas actitudes como de ‘atención con lo que está diciendo’ ”. La actriz, que acaba de regresar a su oficio original con el unitario La dueña (Telefe) después de 46 años dedicada a conducir Almorzando con Mirtha Legrand en distintos canales, recordó también que “los Kirchner fueron muy amables conmigo en un primer momento” y que recibió gestos de simpatía por parte del matrimonio, a quienes entrevistó antes de que asumiera Néstor Kirchner, y luego en Santa Cruz. “Hice un programa en El Calafate, siendo Kirchner presidente en ejercicio; y a los pocos días recibí un cordero patagónico en mi casa que no sabíamos cómo cocinarlo porque era enorme”, recordó Legrand. Pero abundó en el recorrido histórico por esa relación, contando que “después, con el correr del tiempo, había cosas que no me gustaban y las comentaba, o invitaba a algunas personas oficialistas y les hacía comentarios que eran adversos, y bueno, mucho no gustaba. Pero no quiero entrar en ese tema porque ya lo he superado”.
Sobre los almuerzos, precisamente, Mirtha dijo que le gustaría hacer “una despedida”, pero que no se volvería a internar en las cuestiones de la política. Según “la Chiqui”, entre toda la gente que se “molestó” por sus comentarios se encuentran también algunos colegas que “no han sido muy agradables ni muy simpáticos” con ella. “Me dolió muchísimo, me dolió la ingratitud, pero ya ha pasado, nada ni nadie puede empañar este momento que estoy viviendo, con un nivel de audiencia que nunca he tenido, y con una gran repercusión en la gente, cuando yo ya estoy pensando en retirarme”, dijo Mirtha, tan resuelta como si estuviera a la cabecera de la mesa.
Genio y figura, no eludió hablar ni siquiera de la conflictiva separación de Jorge Rial y su mujer, Silvia D’Auro, y el romance del conductor de Intrusos con Mariana Antoniale o “La Niña Loly”. “La repercusión que ha tenido (esa relación) paralizó el país, casi ni se hablaba de YPF ya”, dijo Mirtha, quien con mucho humor reconoció: “En un momento me encontré a mí misma leyendo ávidamente todo lo que salía para ver qué estaba pasando. Creo que es el gran chisme este”. Y si ella lo dice...
Los almuerzos se veían muchísimo, y a veces he molestado, pero no sólo a este gobierno, a muchos gobiernos. Los almuerzos no pasaban desapercibidos, porque llevaba gente conocida y de pronto se emitían opiniones que caían mal a las autoridades. En general los gobernantes no quieren ser criticados”, aseguró Mirtha Legrand, en una entrevista que le hizo Nelson Castro, en su programa Primera mañana , de Radio Mitre.
La parte más política de la conversación sobrevino cuando el periodista le preguntó si durante la gestión kirchnerista se había sentido “víctima de la intolerancia”, “Sí, por momento sí, con algunas actitudes, pero no directamente -aclaró Mirtha-. No he sido prohibida ni nada de eso, pero sí hubo algunas actitudes como de ‘atención con lo que está diciendo’ ”. La actriz, que acaba de regresar a su oficio original con el unitario La dueña (Telefe) después de 46 años dedicada a conducir Almorzando con Mirtha Legrand en distintos canales, recordó también que “los Kirchner fueron muy amables conmigo en un primer momento” y que recibió gestos de simpatía por parte del matrimonio, a quienes entrevistó antes de que asumiera Néstor Kirchner, y luego en Santa Cruz. “Hice un programa en El Calafate, siendo Kirchner presidente en ejercicio; y a los pocos días recibí un cordero patagónico en mi casa que no sabíamos cómo cocinarlo porque era enorme”, recordó Legrand. Pero abundó en el recorrido histórico por esa relación, contando que “después, con el correr del tiempo, había cosas que no me gustaban y las comentaba, o invitaba a algunas personas oficialistas y les hacía comentarios que eran adversos, y bueno, mucho no gustaba. Pero no quiero entrar en ese tema porque ya lo he superado”.
Sobre los almuerzos, precisamente, Mirtha dijo que le gustaría hacer “una despedida”, pero que no se volvería a internar en las cuestiones de la política. Según “la Chiqui”, entre toda la gente que se “molestó” por sus comentarios se encuentran también algunos colegas que “no han sido muy agradables ni muy simpáticos” con ella. “Me dolió muchísimo, me dolió la ingratitud, pero ya ha pasado, nada ni nadie puede empañar este momento que estoy viviendo, con un nivel de audiencia que nunca he tenido, y con una gran repercusión en la gente, cuando yo ya estoy pensando en retirarme”, dijo Mirtha, tan resuelta como si estuviera a la cabecera de la mesa.
Genio y figura, no eludió hablar ni siquiera de la conflictiva separación de Jorge Rial y su mujer, Silvia D’Auro, y el romance del conductor de Intrusos con Mariana Antoniale o “La Niña Loly”. “La repercusión que ha tenido (esa relación) paralizó el país, casi ni se hablaba de YPF ya”, dijo Mirtha, quien con mucho humor reconoció: “En un momento me encontré a mí misma leyendo ávidamente todo lo que salía para ver qué estaba pasando. Creo que es el gran chisme este”. Y si ella lo dice...
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