Sin acuerdo en Cartagena por cruces sobre Cuba y drogas
Sin acuerdo en Cartagena por cruces sobre Cuba y drogas.
Los latinoamericanos no aceptan la discriminación de La Habana en ese foro. También reclamaron a Barack Obama el debate sobre la legalización de la droga para quitar el negocio a los narcotraficantes. La declaración final será sólo retórica.
15/04/12
" Esto no es una cumbre, es un corso” , sentenció el presidente de Uruguay, José Mujica. “¡EE.UU. está en un baile que Dios me libre.! ¡Mire el papelón que vinieron a hacer! Yo no puedo creer que un país como EE.UU. ignoraba que nadie está de acuerdo con ellos ”.
La cumbre todavía no había comenzado. Pero, durante el diálogo que mantuvo ayer a la hora del desayuno con Clarín, Mujica estaba francamente molesto. “Lo que pasa es que vinieron en busca del voto de Miami”, dedujo.
Mujica predijo en ese momento que la declaración final de la cumbre dejaría expuesto que no hay acuerdo sobre los temas más importantes para los presidentes latinoamericanos: la despenalización de las drogas, la disputa por las islas Malvinas y fundamentalmente a la reincorporación de Cuba al sistema interamericano. “A esta altura, ya estamos cansados, según mi humilde opinión. Hay gobiernos de distintos signos que quieren discutir estos temas”.
La frustración de Mujica fue una buena muestra del sentimiento reinante ayer entre los países latinoamericanos. La ausencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, (por razones de salud) y la del ecuatoriano Rafael Correa y del nicaragüense Daniel Ortega (por razones políticas), dejó en claro que no son los únicos que se oponen a ciertas posturas de Washington.
Para el presidente Barack Obama, sin duda, fue un alivio. En un año electoral, la agenda que trajo a Cartagena fue fundamentalmente pensada para que encuadre con los esfuerzos que está realizando para ser reelegido.
“La cumbre para Obama fue su parada en Tampa” , llegó a decir un periodista que cubre la Casa Blanca. En efecto, fue en Tampa, Florida, donde Obama enfatizó sobre la importancia que tiene el libre comercio con la región para la creación de impuestos en Estados Unidos, un tema que es clave en su campaña electoral.
Más aún, la discusión sobre la reincorporación de Cuba al sistema interamericano le vino muy bien para reforzar el mensaje destinado a conquistar el voto cubano estadounidense. La Casa Blanca considera que, para que Cuba pueda integrarse a las Cumbres interamericanas, es necesario que respete las reglas de juego de la Carta Democrática de la OEA.
Obama, sin embargo, tuvo un acto fallido. Dijo que las discusiones sobre la reincorporación de Cuba le hacen sentir como si aún fueran tiempos de la diplomacia de la Guerra Fría en una época en la que “ni siquiera había nacido”.
“Ese no es el mundo en el que vivimos hoy (...) Mi esperanza es que todos seamos conscientes de la oportunidad que tenemos”, agregó afirmando que la Guerra Fría tiene que terminar. Olvidó, sin embargo, que el embargo impuesto en contra de Cuba durante la Guerra Fría sigue en pie . Si bien Obama ha flexibilizado los viajes a la isla y el envío de remesas, no se ha atrevido a ir más allá justamente porque está la comunidad cubano–estadounidense y su poder sobre Washington de por medio.
Pese a que es un aliado de Estados Unidos, al inaugurar la Cumbre el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dejó en claro la falta de acuerdo sobre este tema.
Santos insistió en la necesidad de reincorporar a Cuba advirtiendo, al mismo tiempo, sobre las consecuencias de no superar “los paradigmas del pasado”.
“El aislamiento, el embargo, la indiferencia, el mirar para otro lado, han demostrado ya su ineficacia”, dijo Santos. “ En el mundo de hoy no se justifica ese camino . Es un anacronismo que nos mantiene anclados a una era de Guerra Fría superada hace ya varias décadas”, añadió enseguida el lider colombiano. Santos sostuvo de inmediato que, “así como sería inaceptable otra cita hemisférica con un Haití postrado”, en términos económicos y de miseria, “también lo sería sin una Cuba presente”.
Por otro lado, el líder de la Casa Blanca accedió a discutir el tema de la despenalización de las drogas, que gira en torno de la necesidad de dejar a un costado el combate de tipo militar al narcotráfico, como el que acomete México, para centrarse más en la demanda, que es el ángulo reclamado por la mayoría de los países de la región. Sin embargo, aunque el presidente de Estados Unidos aceptó la idea del debate, desde un principio insistió en que su país está en contra de apoyar una estrategia de despenalización.
" Esto no es una cumbre, es un corso” , sentenció el presidente de Uruguay, José Mujica. “¡EE.UU. está en un baile que Dios me libre.! ¡Mire el papelón que vinieron a hacer! Yo no puedo creer que un país como EE.UU. ignoraba que nadie está de acuerdo con ellos ”.
La cumbre todavía no había comenzado. Pero, durante el diálogo que mantuvo ayer a la hora del desayuno con Clarín, Mujica estaba francamente molesto. “Lo que pasa es que vinieron en busca del voto de Miami”, dedujo.
Mujica predijo en ese momento que la declaración final de la cumbre dejaría expuesto que no hay acuerdo sobre los temas más importantes para los presidentes latinoamericanos: la despenalización de las drogas, la disputa por las islas Malvinas y fundamentalmente a la reincorporación de Cuba al sistema interamericano. “A esta altura, ya estamos cansados, según mi humilde opinión. Hay gobiernos de distintos signos que quieren discutir estos temas”.
La frustración de Mujica fue una buena muestra del sentimiento reinante ayer entre los países latinoamericanos. La ausencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, (por razones de salud) y la del ecuatoriano Rafael Correa y del nicaragüense Daniel Ortega (por razones políticas), dejó en claro que no son los únicos que se oponen a ciertas posturas de Washington.
Para el presidente Barack Obama, sin duda, fue un alivio. En un año electoral, la agenda que trajo a Cartagena fue fundamentalmente pensada para que encuadre con los esfuerzos que está realizando para ser reelegido.
“La cumbre para Obama fue su parada en Tampa” , llegó a decir un periodista que cubre la Casa Blanca. En efecto, fue en Tampa, Florida, donde Obama enfatizó sobre la importancia que tiene el libre comercio con la región para la creación de impuestos en Estados Unidos, un tema que es clave en su campaña electoral.
Más aún, la discusión sobre la reincorporación de Cuba al sistema interamericano le vino muy bien para reforzar el mensaje destinado a conquistar el voto cubano estadounidense. La Casa Blanca considera que, para que Cuba pueda integrarse a las Cumbres interamericanas, es necesario que respete las reglas de juego de la Carta Democrática de la OEA.
Obama, sin embargo, tuvo un acto fallido. Dijo que las discusiones sobre la reincorporación de Cuba le hacen sentir como si aún fueran tiempos de la diplomacia de la Guerra Fría en una época en la que “ni siquiera había nacido”.
“Ese no es el mundo en el que vivimos hoy (...) Mi esperanza es que todos seamos conscientes de la oportunidad que tenemos”, agregó afirmando que la Guerra Fría tiene que terminar. Olvidó, sin embargo, que el embargo impuesto en contra de Cuba durante la Guerra Fría sigue en pie . Si bien Obama ha flexibilizado los viajes a la isla y el envío de remesas, no se ha atrevido a ir más allá justamente porque está la comunidad cubano–estadounidense y su poder sobre Washington de por medio.
Pese a que es un aliado de Estados Unidos, al inaugurar la Cumbre el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dejó en claro la falta de acuerdo sobre este tema.
Santos insistió en la necesidad de reincorporar a Cuba advirtiendo, al mismo tiempo, sobre las consecuencias de no superar “los paradigmas del pasado”.
“El aislamiento, el embargo, la indiferencia, el mirar para otro lado, han demostrado ya su ineficacia”, dijo Santos. “ En el mundo de hoy no se justifica ese camino . Es un anacronismo que nos mantiene anclados a una era de Guerra Fría superada hace ya varias décadas”, añadió enseguida el lider colombiano. Santos sostuvo de inmediato que, “así como sería inaceptable otra cita hemisférica con un Haití postrado”, en términos económicos y de miseria, “también lo sería sin una Cuba presente”.
Por otro lado, el líder de la Casa Blanca accedió a discutir el tema de la despenalización de las drogas, que gira en torno de la necesidad de dejar a un costado el combate de tipo militar al narcotráfico, como el que acomete México, para centrarse más en la demanda, que es el ángulo reclamado por la mayoría de los países de la región. Sin embargo, aunque el presidente de Estados Unidos aceptó la idea del debate, desde un principio insistió en que su país está en contra de apoyar una estrategia de despenalización.
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