Scott e Iglesias buscan revolucionar las tardes de AM.
"Vuelta y vuelta" en Radio del Plata.
Diego Scott y Diego Iglesias, la descontracturada dupla radial que animaba las mañanas de FM BLUE con "Lado B", desembarcó el lunes pasado en las tardes de Radio Del Plata con "Vuelta y Vuelta", una propuesta distendida que constituye el mascarón de proa con el que la emisora busca darle un nuevo perfil a las transmisiones de AM.
09.04.2012
"Es un desafío pensar cómo implementar nuestro estilo en un contexto radial totalmente diferente, pero aunque el objetivo no sea hacer FM en AM, porque cada cual tiene su público, su idioma y sus códigos, queremos romper un poco con los preconceptos que sobrevuelan de uno y otro lado", evaluó Scott en diálogo con Télam sobre la emisión que cubre la franja de 17 a 19.
Es que la idea del programa, según el propio Iglesias, es "poder hacer un magazine ameno en cuanto a la forma del relato pero que, a su vez, el contenido que tenga no sea necesariamente frívolo, sino distendido para la vuelta de la gente a sus casas".
Ex estudiante de administración de empresas, Scott comenzó su carrera radial como productor de Fernando Peña en "El Parquímetro", junto a Sebastián Wainraich y Diego Ripoll, hasta que su humor, su originalidad y su desenfado le fueron abriendo paso al frente del micrófono al punto que, tras la muerte de Peña, fue el conductor de "El Parquímetro Lado B".
Luego llegó la tele, donde en el "Duro de Domar" de Roberto Pettinato le dio vida al Dr. Felipe, un particular médico especialista en "cosas" que le valió, incluso, la publicación de un libro por editorial Vergara.
Ya en 2010 llegó "Lado B", el programa que adornó las mañanas de FM Blue (100.7) y que, en su segundo año, recibió la incorporación de Diego Iglesias, el notero intrépido de CQC con quien forjó una dupla ajustada para las mañanas de la radio.
"La idea en esta nueva etapa es apuntar al público de AM que busca algo distinto, más dinámico, sin lo vertiginoso de la FM, pero que los informe con más simpatía sobre las noticias del día", reafirmó Iglesias sobre "Vuelta y Vuelta", que va de lunes a viernes, de 17 a 19, por AM 1030.
De todos modos, convencidos de que la única verdadera diferencia entre AM y FM es el exceso de tandas musicales de la Frecuencia Modulada, Iglesias abogó por "cortar con el preconcepto de que uno se tiene que dirigir, por la edad que tiene, a determinado tipo de público".
"A mí -reflexionó- no me importa la edad que tengan los oyentes, sino qué tipo de oyentes son; me interesan quienes intentan reflexionar, pensar, formar un espíritu crítico, divertirse y tomarse las cosas con humor, y eso no distingue entre AM y FM".
Y tampoco la urgencia del éxito y el rating, que sí complica la aparición de nuevas ofertas televisivas, se hace presente de uno u otro espacio del éter: "Es un medio que está prácticamente libre de competencia y esa es una de las razones por las cuales me gusta trabajar en este medio", remarcó Iglesias.
"Es que mientras haya variedad va a estar bueno -agregó-. Todo lo que es concentración, en cualquier aspecto de la vida es malo y si se trata de medios de comunicación, es peor, genera formas insanas de trabajar".
Al respecto, su coequiper aseguró que "la radio sufre menos la vorágine de la venta, de tener que medir y permite que se preserven más producciones, conductores y fomenta más la variedad, porque podés salir con un programa medio pelo y darle tiempo para que se consolide y empiece a funcionar".
Es que, acostumbrados a reinventarse, ambos Diegos entienden su labor como un engranaje que hay que rectificar y aceitar cada tanto para ir reencauzando su rumbo.
Scott e Iglesias remarcan que la radio no sólo está menos sujeta a las directrices del rating, sino que en cada programa existe la posibilidad de que los conductores desarrollen temas, generen debates y promuevan la reflexión.
"La radio -argumentó Iglesias- te da mucho tiempo y el tiempo es lo que te permite explicar bien dónde estás parado, las posiciones para el que te escucha son más claras porque entiende que no necesariamente hay blancos y negros, sino que somos todos grises".
"Demonizar o pensar las cosas en términos maniqueístas no contribuye a nada sino que al revés, estandariza posiciones, las deja dormidas y se pierde la función que tienen que tener los medios de comunicación", concluyó Scott.
"Es un desafío pensar cómo implementar nuestro estilo en un contexto radial totalmente diferente, pero aunque el objetivo no sea hacer FM en AM, porque cada cual tiene su público, su idioma y sus códigos, queremos romper un poco con los preconceptos que sobrevuelan de uno y otro lado", evaluó Scott en diálogo con Télam sobre la emisión que cubre la franja de 17 a 19.
Es que la idea del programa, según el propio Iglesias, es "poder hacer un magazine ameno en cuanto a la forma del relato pero que, a su vez, el contenido que tenga no sea necesariamente frívolo, sino distendido para la vuelta de la gente a sus casas".
Ex estudiante de administración de empresas, Scott comenzó su carrera radial como productor de Fernando Peña en "El Parquímetro", junto a Sebastián Wainraich y Diego Ripoll, hasta que su humor, su originalidad y su desenfado le fueron abriendo paso al frente del micrófono al punto que, tras la muerte de Peña, fue el conductor de "El Parquímetro Lado B".
Luego llegó la tele, donde en el "Duro de Domar" de Roberto Pettinato le dio vida al Dr. Felipe, un particular médico especialista en "cosas" que le valió, incluso, la publicación de un libro por editorial Vergara.
Ya en 2010 llegó "Lado B", el programa que adornó las mañanas de FM Blue (100.7) y que, en su segundo año, recibió la incorporación de Diego Iglesias, el notero intrépido de CQC con quien forjó una dupla ajustada para las mañanas de la radio.
"La idea en esta nueva etapa es apuntar al público de AM que busca algo distinto, más dinámico, sin lo vertiginoso de la FM, pero que los informe con más simpatía sobre las noticias del día", reafirmó Iglesias sobre "Vuelta y Vuelta", que va de lunes a viernes, de 17 a 19, por AM 1030.
De todos modos, convencidos de que la única verdadera diferencia entre AM y FM es el exceso de tandas musicales de la Frecuencia Modulada, Iglesias abogó por "cortar con el preconcepto de que uno se tiene que dirigir, por la edad que tiene, a determinado tipo de público".
"A mí -reflexionó- no me importa la edad que tengan los oyentes, sino qué tipo de oyentes son; me interesan quienes intentan reflexionar, pensar, formar un espíritu crítico, divertirse y tomarse las cosas con humor, y eso no distingue entre AM y FM".
Y tampoco la urgencia del éxito y el rating, que sí complica la aparición de nuevas ofertas televisivas, se hace presente de uno u otro espacio del éter: "Es un medio que está prácticamente libre de competencia y esa es una de las razones por las cuales me gusta trabajar en este medio", remarcó Iglesias.
"Es que mientras haya variedad va a estar bueno -agregó-. Todo lo que es concentración, en cualquier aspecto de la vida es malo y si se trata de medios de comunicación, es peor, genera formas insanas de trabajar".
Al respecto, su coequiper aseguró que "la radio sufre menos la vorágine de la venta, de tener que medir y permite que se preserven más producciones, conductores y fomenta más la variedad, porque podés salir con un programa medio pelo y darle tiempo para que se consolide y empiece a funcionar".
Es que, acostumbrados a reinventarse, ambos Diegos entienden su labor como un engranaje que hay que rectificar y aceitar cada tanto para ir reencauzando su rumbo.
Scott e Iglesias remarcan que la radio no sólo está menos sujeta a las directrices del rating, sino que en cada programa existe la posibilidad de que los conductores desarrollen temas, generen debates y promuevan la reflexión.
"La radio -argumentó Iglesias- te da mucho tiempo y el tiempo es lo que te permite explicar bien dónde estás parado, las posiciones para el que te escucha son más claras porque entiende que no necesariamente hay blancos y negros, sino que somos todos grises".
"Demonizar o pensar las cosas en términos maniqueístas no contribuye a nada sino que al revés, estandariza posiciones, las deja dormidas y se pierde la función que tienen que tener los medios de comunicación", concluyó Scott.
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