La Pelu, Mediodía a toda velocidad.
La Pelu, Mediodía a toda velocidad.
“La pelu”. Florencia de la V debutó con ritmo, simpatía... y ajustes por hacer.
 Florencia habla con el público, del otro lado del televisor. |
Correte, que me tapás la cámara”, “este pincha menos (con la barba) que yo”... Más allá del personaje de peluquera con que enfrenta su primer ciclo como protagonista absoluta, lo que distingue desde siempre a Florencia de la V es la espontaneidad, la sinceridad, la naturalidad pasmosa con la que es capaz de decir cualquier cosa, con frases como las citadas, que no faltaron en el primer envío de La pelu (a las 12, por Telefe) y que, se supone, van a ser más frecuentes a medida que la actriz gane confianza en el ciclo.
El esquema y el hecho de que se emita en vivo no debería plantearle mayores inconvenientes a Florencia, quien se maneja en el “repentismo” mejor que con la letra dada. Tanto, que encuentra sus momentos de mayor lucimiento en el “morcilleo”, esas acotaciones fuera de libreto que fueron la marca de fábrica de Alberto Olmedo, por ejemplo.
El debut postergado (el lunes no se emitió a causa de la cadena nacional) tuvo dos invitados/clientes: Sebastián Estevanez y el cantante venezolano Carlos Baute. Es que Florencia y su hermana (Gladys Florimonte) atienden una peluquería donde la ficción y los libretos ceden paso a la realidad, y todo se mezcla, a veces de manera muy divertida, y otras de modo bastante confuso. Sobre todo si llegan a persistir los problemitas de sonido que no permitieron escuchar algunos de los remates.
El Turco Naim, Silvina Luna y Alejandro Müller completan el elenco estable. El, en el rol de un plomero mujeriego, que le lleva flores a Flor; ella, como la antipática dueña del local y rival de Flor.
Está claro que este planteo no pretende originalidad sino efectividad, y ésta dependerá en buena parte de la solidez que vaya encontrando Florencia en el manejo de ese espacio tan excluyente, pero también del ida y vuelta que logre con los invitados. Estevanez, por caso, rindió mucho más que Baute. Rápido para pescar al vuelo las picardías y responderlas, habló de su vida privada, de su mujer y de su padre, el productor Quique Estevanez, y no faltó la parodia de su telenovela, Dulce amor , con Florencia imitando a Carina Zampini. Con Baute, aunque hubo abundancia de carcajadas, todo se notó más forzado, al punto que cuando el venezolano tomó la guitarra y se puso a cantar, De la V no pudo seguirlo en el estribillo.
Sin cortes comerciales, el debut llegó a picos de 17 puntos de rating, según las mediciones “minuto a minuto” de Ibope. Una marca realmente insólita para el mediodía..
El esquema y el hecho de que se emita en vivo no debería plantearle mayores inconvenientes a Florencia, quien se maneja en el “repentismo” mejor que con la letra dada. Tanto, que encuentra sus momentos de mayor lucimiento en el “morcilleo”, esas acotaciones fuera de libreto que fueron la marca de fábrica de Alberto Olmedo, por ejemplo.
El debut postergado (el lunes no se emitió a causa de la cadena nacional) tuvo dos invitados/clientes: Sebastián Estevanez y el cantante venezolano Carlos Baute. Es que Florencia y su hermana (Gladys Florimonte) atienden una peluquería donde la ficción y los libretos ceden paso a la realidad, y todo se mezcla, a veces de manera muy divertida, y otras de modo bastante confuso. Sobre todo si llegan a persistir los problemitas de sonido que no permitieron escuchar algunos de los remates.
El Turco Naim, Silvina Luna y Alejandro Müller completan el elenco estable. El, en el rol de un plomero mujeriego, que le lleva flores a Flor; ella, como la antipática dueña del local y rival de Flor.
Está claro que este planteo no pretende originalidad sino efectividad, y ésta dependerá en buena parte de la solidez que vaya encontrando Florencia en el manejo de ese espacio tan excluyente, pero también del ida y vuelta que logre con los invitados. Estevanez, por caso, rindió mucho más que Baute. Rápido para pescar al vuelo las picardías y responderlas, habló de su vida privada, de su mujer y de su padre, el productor Quique Estevanez, y no faltó la parodia de su telenovela, Dulce amor , con Florencia imitando a Carina Zampini. Con Baute, aunque hubo abundancia de carcajadas, todo se notó más forzado, al punto que cuando el venezolano tomó la guitarra y se puso a cantar, De la V no pudo seguirlo en el estribillo.
Sin cortes comerciales, el debut llegó a picos de 17 puntos de rating, según las mediciones “minuto a minuto” de Ibope. Una marca realmente insólita para el mediodía..
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