Jey Mammon: "Con los famosos, voy sin red"
Jey Mammon: "Con los famosos, voy sin red".
Entrevista ¿El nuevo Fernando Peña?. Con su personaje Estelita logra que, en su unipersonal, las estrellas confiesen secretos sexuales y consumos ilegales.
 El confesionario de las estrellas. |
Todo lo que cuenta Juan Martín Rago (alias Jey Mammon) se convierte automáticamente en una pequeña muestra de stand-up . Como si fuera un visitador médico, saca de su valija el humor en cuentagotas. “Pablo Rago me cagó el apellido, porque el de él es Ragonese. Soy el verdadero Rago”, avisa mientras se persigna frente a la iglesia del colegio Guadalupe, sobre la calle Salguero, zona paqueta de la Capital Federal en donde se crió y vive. Luego se mete en una escuela de música sobre la calle Charcas y la usa de vestuario. Se mete detrás de un piano y se transforma en Estelita, el hit de su galería de personajes del show que ofrece a la gorra cada martes en el teatro Chacarerean.
“Hola, chicos”, saluda de nuevo con su personaje a cuestas. Abandonó su registro grave por uno agudo, se puso una peluca rubia, un vestido y una estola fucsia. “Soy toda de ustedes”, avanza con los brazos abiertos hacia el fotógrafo y el periodista. Nadie puede imaginarlo como el creyente enfervorizado que fue (tocaba el piano en la misa de canal 7), o el chico que llegó a la final del ciclo de canciones infantiles Festilindo . Ahora apela a los tics que se le ven a algunas divas televisivas: se mueve el pelo de ambos costados, hace gestos con la boca y agradece los piropos en forma exagerada, girando sobre sí misma con los brazos abiertos. “¿Es para mí? ¡Gracias, mi amor!”, responde al silbido anónimo de alguna terraza vecina. “Me echaron de casi todos los colegios chetos y por distintas causas. Con el tiempo me di cuenta de que esas salidas eran parte de un proceso muy doloroso. Mi esencia no tenía nada que ver con lo que me pasaba en la vida católica de los colegios. Cuando me asumí homosexual no fue de un día para otro. Hubo una crisis que empezó en la adolescencia. A través de la música empecé a expresarme. Hice una banda que se llamaba Mammon. Mammón es el hijo del diablo, así que venía justo. A través de humor hice canciones que hablaban de mi vida”, confiesa. Como esos personajes salidos del nervio del mejor Antonio Gasalla, atraviesa público y edades. Por ahora no parece tener contraindicaciones. ¿Habías estudiado teatro? No, no había estudiado nada. A través de la banda empecé a desarrollar mis personajes. Los personajes fueron apareciendo. Todo esto es parte de un juego. Así descubrí el unipersonal. Lo que sucedió era que tenía diez músicos en la banda y cuando hacía mis personajes, ellos miraban. La pasaban bien, pero me dijeron que lo mejor era que cargara la mochila y fuera para adelante solo. Y lo hice, como Jey Mammón. ¿Cómo nació Estelita, el personaje que hace que las estrellas cuenten sus secretos ante el público? A mí me gusta hacer bromas por teléfono. Un día me pasaron el teléfono de Susana (Giménez) y la llamé como Estelita. Así podía cholulear con la careta de este personaje. Yo digo que Estelita es un escudo. Ellas se hicieron amigas enseguida, no sé si a Susana le cayó la ficha. Se dice que este ambiente es un poco cruel, ¿alguien te ayudó para desarrollar los personajes que haces? Sí, le debo mucho a Nazarena Vélez. Estuve haciendo radio con ella en FM La Isla. Me dio la oportunidad de hacer mis personajes en el programa. Ahí Estelita se hizo famosa. Pero el personaje nació antes, en un programa de radio de la web. ¿Qué explicación le encontrás a la confesiones de los famosos que hablan con Estelita? Al principio ni prestaba mucha atención de lo que decían, estaba pendiente de cómo se desarrollaba el personaje. Pero de a poco me di cuenta de que le contaban cosas (ver recuadro El confesionario ) como si buscaran eximir pecados. Con mi pasado en la iglesia, fue como volver a las fuentes (risas). Creo que Estelita tiene capacidad para entrevistar, hace preguntas que en la tele no se harían nunca. También ayuda el contexto del show, la entrevista es casi el final, así que si ven el show llegan a la entrevista aclimatados. Estelita es Doña Rosa, la que pregunta todo. ¿Cuál fue la primera entrevista de Estelita que hizo ruido? La de Silvina Escudero. La pregunta fue quién le sacó la foto de la chocolatada (risas) que salió en todos los diarios. Confesó que había sido Tacho ( Casi ángeles ). Ahí tomé conciencia del rebote. Se fueron acomodando alginas fichas. Eso pasó luego de estar haciendo el show durante cuatro meses. Luego Silvina me dijo que querían venir Paula Chávez y Peter Alfonso. Y vinieron. Ahora estamos en la etapa “Quiero ir a la entrevista de Estelita”. ¿Hay actores que le temen? Sí hay: Facundo Arana. El me prometió venir. Lo espero. Por suerte, me llevo muy bien con la gente del medio. Ultimamente hablaron mucho de sexo y drogas. Sí, pero no es el común denominador. También dijeron que me arman los cuestionarios, pero los armo yo. Me gusta el café concert y este formato tiene mucho de eso. Los reportajes van de 20 a 40 minutos y puede salir cualquier cosa. Con los famosos, voy sin red. Con Arana, por ejemplo, que no habla mucho con la prensa, cualquier cosas que diga puede ser interesante. Me gustaría que vinieran Susana, Calamaro o Celeste Cid. Estoy esperando por la respuesta de Gerardo Sofovich, Valeria Lynch, Marley y Alejandro Fantino.
“Hola, chicos”, saluda de nuevo con su personaje a cuestas. Abandonó su registro grave por uno agudo, se puso una peluca rubia, un vestido y una estola fucsia. “Soy toda de ustedes”, avanza con los brazos abiertos hacia el fotógrafo y el periodista. Nadie puede imaginarlo como el creyente enfervorizado que fue (tocaba el piano en la misa de canal 7), o el chico que llegó a la final del ciclo de canciones infantiles Festilindo . Ahora apela a los tics que se le ven a algunas divas televisivas: se mueve el pelo de ambos costados, hace gestos con la boca y agradece los piropos en forma exagerada, girando sobre sí misma con los brazos abiertos. “¿Es para mí? ¡Gracias, mi amor!”, responde al silbido anónimo de alguna terraza vecina. “Me echaron de casi todos los colegios chetos y por distintas causas. Con el tiempo me di cuenta de que esas salidas eran parte de un proceso muy doloroso. Mi esencia no tenía nada que ver con lo que me pasaba en la vida católica de los colegios. Cuando me asumí homosexual no fue de un día para otro. Hubo una crisis que empezó en la adolescencia. A través de la música empecé a expresarme. Hice una banda que se llamaba Mammon. Mammón es el hijo del diablo, así que venía justo. A través de humor hice canciones que hablaban de mi vida”, confiesa. Como esos personajes salidos del nervio del mejor Antonio Gasalla, atraviesa público y edades. Por ahora no parece tener contraindicaciones. ¿Habías estudiado teatro? No, no había estudiado nada. A través de la banda empecé a desarrollar mis personajes. Los personajes fueron apareciendo. Todo esto es parte de un juego. Así descubrí el unipersonal. Lo que sucedió era que tenía diez músicos en la banda y cuando hacía mis personajes, ellos miraban. La pasaban bien, pero me dijeron que lo mejor era que cargara la mochila y fuera para adelante solo. Y lo hice, como Jey Mammón. ¿Cómo nació Estelita, el personaje que hace que las estrellas cuenten sus secretos ante el público? A mí me gusta hacer bromas por teléfono. Un día me pasaron el teléfono de Susana (Giménez) y la llamé como Estelita. Así podía cholulear con la careta de este personaje. Yo digo que Estelita es un escudo. Ellas se hicieron amigas enseguida, no sé si a Susana le cayó la ficha. Se dice que este ambiente es un poco cruel, ¿alguien te ayudó para desarrollar los personajes que haces? Sí, le debo mucho a Nazarena Vélez. Estuve haciendo radio con ella en FM La Isla. Me dio la oportunidad de hacer mis personajes en el programa. Ahí Estelita se hizo famosa. Pero el personaje nació antes, en un programa de radio de la web. ¿Qué explicación le encontrás a la confesiones de los famosos que hablan con Estelita? Al principio ni prestaba mucha atención de lo que decían, estaba pendiente de cómo se desarrollaba el personaje. Pero de a poco me di cuenta de que le contaban cosas (ver recuadro El confesionario ) como si buscaran eximir pecados. Con mi pasado en la iglesia, fue como volver a las fuentes (risas). Creo que Estelita tiene capacidad para entrevistar, hace preguntas que en la tele no se harían nunca. También ayuda el contexto del show, la entrevista es casi el final, así que si ven el show llegan a la entrevista aclimatados. Estelita es Doña Rosa, la que pregunta todo. ¿Cuál fue la primera entrevista de Estelita que hizo ruido? La de Silvina Escudero. La pregunta fue quién le sacó la foto de la chocolatada (risas) que salió en todos los diarios. Confesó que había sido Tacho ( Casi ángeles ). Ahí tomé conciencia del rebote. Se fueron acomodando alginas fichas. Eso pasó luego de estar haciendo el show durante cuatro meses. Luego Silvina me dijo que querían venir Paula Chávez y Peter Alfonso. Y vinieron. Ahora estamos en la etapa “Quiero ir a la entrevista de Estelita”. ¿Hay actores que le temen? Sí hay: Facundo Arana. El me prometió venir. Lo espero. Por suerte, me llevo muy bien con la gente del medio. Ultimamente hablaron mucho de sexo y drogas. Sí, pero no es el común denominador. También dijeron que me arman los cuestionarios, pero los armo yo. Me gusta el café concert y este formato tiene mucho de eso. Los reportajes van de 20 a 40 minutos y puede salir cualquier cosa. Con los famosos, voy sin red. Con Arana, por ejemplo, que no habla mucho con la prensa, cualquier cosas que diga puede ser interesante. Me gustaría que vinieran Susana, Calamaro o Celeste Cid. Estoy esperando por la respuesta de Gerardo Sofovich, Valeria Lynch, Marley y Alejandro Fantino.
