El Papa denunció “la precariedad del trabajo” en el Viernes Santo.
El Papa denunció “la precariedad del trabajo” en el Viernes Santo.
Fue en el Vía Crucis realizado en Roma con motivo de la celebración pascual.
La cruz de Cristo “ha cambiado la humanidad”, dijo anoche el Papa contemplando desde la colina del Palatino el Coliseo romano, tras cargar con la cruz en la décimocuarta y última estación del Calvario. La experiencia del sufrimiento y de la cruz “marcan a la humanidad y a la familia” , afirmó Benedicto XVI, que a su llegada a la colina, frente al antiguo Anfiteatro Flavio donde fueron sacrificados miles de los primeros cristianos en la capital del Imperio Romano, fue saludado con entusiasmo por veinte mil fieles congregados para seguir la ceremonia.
Este año el Via Crucis fue dedicado a la familia, asediada por “la crisis económica, la precariedad del trabajo y las incomprensiones”, destacó el Papa Ratzinger.
“Cuántas veces el camino se hace fatigoso y difícil. Incomprensiones, divisiones, preocupaciones por el futuro de los hijos, enfermedades, dificultades de diverso tipo. En nuestro tiempo la situación de muchas familias se ve agravada por la precariedad del trabajo y otros efectos negativos de la crisis económica”, agregó Benedicto.
Para las meditaciones de este año en las 14 estaciones del Calvario, el Papa eligió a un matrimonio italiano, formado por Danilo y Ana María Zanzucchi, de 91 y 82 años, casados desde hace 59 años, padres de cinco hijos y abuelos de 15 nietos. Ambos son promotores de las Familias Nuevas, una agrupación vecina al Movimiento de los Focolares de Clara Lubisch.
Danilo y Ana María reiteraron las denuncias que Benedicto XVI hizo en muchas ocasiones por los sufrimientos que las familias sufren cada vez más por las situaciones adversas debido a los vertiginosos cambios socioculturales de la vida moderna. El Papa reitera continuamente que la familia debe seguir siendo la célula básica de la sociedad, en lucha contra la banalización de la sexualidad y las falsas ideologías.
En la primera estación (“Jesús es condenado a muerte”), la meditación del matrimonio destacó que muchas familias sufren por la traición de la persona más querida, el cónyuge. Señalaron las heridas abiertas “por la confianza traicionada, la confianza perdida y la seguridad desvanecida”.
El cardenal Agostino Villani, vicario general del Papa en Roma, cargó con la cruz en esta estación. En las sucesivas, el símbolo central del mundo católico fue llevado por frailes franciscanos y familias procedentes de Italia, Irlanda, Burkina Faso y por una familia peruana.
El Papa está por entrar en el octavo año de su pontificado. Fue elegido el 19 de abril de 2005, tras la muerte de Juan Pablo II. Cumplirá 85 años de edad.
En las meditaciones se destacó el rol de las madres, “siempre disponibles y presentes, de las que por desgracia a veces nos olvidamos, pero a las que siempre acudimos cuando los necesitamos”. También se subrayó el papel de los hijos, pidiendo a las familias católicas de educarlos “en la sobriedad, el sacrificio y la renuncia”.
El Vía Crucis en el Coliseo Romano fue inaugurado por decisión de Benedicto XIV en 1741. Con los años, el rito en el antiguo Anfiteatro Flavio, escenario de los sufrimientos de los primeros cristianos, las 14 estaciones del Calvario volvieron a realizarse en 1925. Pablo VI lo celebró en 1964 y desde entonces todos los pontifices han presidido la ceremonia en el Coliseo.
El Papa presidió ayer, en una basílica de San Pedro casi en tinieblas por el luto de la pasión y muerte de Cristo, el rito de la Pasión del Señor, en una jornada sin misas en todo el mundo por el Viernes Santo. Hoy presidirá la Vigilia de Pascua en la basílica vaticana, iluminada por el Sábado de Gloria. Y el domingo, oficiará la misa de Resurrección en Plaza San Pedro repleta de fieles. Al final de la liturgia, el Papa hará la bendición “urbi et orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo”, que concluirá las celebraciones de Pascua.
Este año el Via Crucis fue dedicado a la familia, asediada por “la crisis económica, la precariedad del trabajo y las incomprensiones”, destacó el Papa Ratzinger.
“Cuántas veces el camino se hace fatigoso y difícil. Incomprensiones, divisiones, preocupaciones por el futuro de los hijos, enfermedades, dificultades de diverso tipo. En nuestro tiempo la situación de muchas familias se ve agravada por la precariedad del trabajo y otros efectos negativos de la crisis económica”, agregó Benedicto.
Para las meditaciones de este año en las 14 estaciones del Calvario, el Papa eligió a un matrimonio italiano, formado por Danilo y Ana María Zanzucchi, de 91 y 82 años, casados desde hace 59 años, padres de cinco hijos y abuelos de 15 nietos. Ambos son promotores de las Familias Nuevas, una agrupación vecina al Movimiento de los Focolares de Clara Lubisch.
Danilo y Ana María reiteraron las denuncias que Benedicto XVI hizo en muchas ocasiones por los sufrimientos que las familias sufren cada vez más por las situaciones adversas debido a los vertiginosos cambios socioculturales de la vida moderna. El Papa reitera continuamente que la familia debe seguir siendo la célula básica de la sociedad, en lucha contra la banalización de la sexualidad y las falsas ideologías.
En la primera estación (“Jesús es condenado a muerte”), la meditación del matrimonio destacó que muchas familias sufren por la traición de la persona más querida, el cónyuge. Señalaron las heridas abiertas “por la confianza traicionada, la confianza perdida y la seguridad desvanecida”.
El cardenal Agostino Villani, vicario general del Papa en Roma, cargó con la cruz en esta estación. En las sucesivas, el símbolo central del mundo católico fue llevado por frailes franciscanos y familias procedentes de Italia, Irlanda, Burkina Faso y por una familia peruana.
El Papa está por entrar en el octavo año de su pontificado. Fue elegido el 19 de abril de 2005, tras la muerte de Juan Pablo II. Cumplirá 85 años de edad.
En las meditaciones se destacó el rol de las madres, “siempre disponibles y presentes, de las que por desgracia a veces nos olvidamos, pero a las que siempre acudimos cuando los necesitamos”. También se subrayó el papel de los hijos, pidiendo a las familias católicas de educarlos “en la sobriedad, el sacrificio y la renuncia”.
El Vía Crucis en el Coliseo Romano fue inaugurado por decisión de Benedicto XIV en 1741. Con los años, el rito en el antiguo Anfiteatro Flavio, escenario de los sufrimientos de los primeros cristianos, las 14 estaciones del Calvario volvieron a realizarse en 1925. Pablo VI lo celebró en 1964 y desde entonces todos los pontifices han presidido la ceremonia en el Coliseo.
El Papa presidió ayer, en una basílica de San Pedro casi en tinieblas por el luto de la pasión y muerte de Cristo, el rito de la Pasión del Señor, en una jornada sin misas en todo el mundo por el Viernes Santo. Hoy presidirá la Vigilia de Pascua en la basílica vaticana, iluminada por el Sábado de Gloria. Y el domingo, oficiará la misa de Resurrección en Plaza San Pedro repleta de fieles. Al final de la liturgia, el Papa hará la bendición “urbi et orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo”, que concluirá las celebraciones de Pascua.
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