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Cristian Castro, Una lluvia de pop latino.


Cristian Castro, Una lluvia de pop latino.


Cristian Castro en el Gran Rex. Cantó el fin de semana ante un teatro colmado.



Chicas que llegan desde el conurbano bonaerense en remís y enviando mensajes por teléfono. “¿Dónde queda el Gran Rex?”, pregunta el remisero. “Ahí papá, ¿no ves el cartel?”, le contesta el tachero cruzando la 9 de Julio por Corrientes.
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El Gran Rex está lleno. Desborda de gente con ropa de estreno, ropa combinada. Esta noche los novios -el novio chistoso, el novio solemne, el novio culposo- todos se perfumaron. Besos, abrazos y arenga por doquier.

Se abre el telón y pop. Cristian aparece tocando la guitarra de espaldas, una lluvia de lunares blan cos y violetas titilan en las pantalla. Los agudos de la multitud neutralizan su voz (¡y eso que el sonido está al palo!). Arranca con No podrás . Saco blanco y jean, el pelo le rebota sobre su frente, maquillaje color durazno, Cristian está cada vez está más parecido a su mamá.

El público ve el show prácticamente parado. El tenor ligero con un amplio registro vocal hace una seguidilla de temas sin pausa. Su técnica le permite utilizar todo el registro de cabeza logrando agudos potentes. Y Cristian saluda: “Ustedes son un orgullo. Tengo un corazón en la mano que dice gracias”. Una bailarina rubia y otra morocha lo rodean con su magia.

Primer cambio de vestuario. Cristian aparece con un traje blanco, una camisa rayada y una vincha, el estilo es entre marino y pirata. Así vestido se queda gran parte del show y canta temas compuestos en el 1900. Son canciones que le cantan al amor, al amor cuando se vuelve un dolor insoportable. Está un poco afónico, pero no importa, el combo no falla: temas clásicos más el ídolo ahí agitando...

En un momento entra un hombre a la platea con una pistola de silicona: es que se acaba de romper una butaca en las primeras filas y la va a arreglar. No hay tiempo que perder.

Con una banda de mariachis interpreta No me casaré . Sigue un set con temas de su padrino artístico José José - Amor, amor y Lo pasado, pasado - a quien le dedicó sus dos últimos discos Qué viva el príncipe (2010) y Mi amigo el príncipe (2011) leitmotiv de esta gira. Luego interpretó Después de ti, Por amarte así y Angel de modo acústico .

Próximo cambio de vestuario. Cristian con un traje negro, moño, sombrero y pañuelo rojo en la solapa. Se viene el popurrí de canciones de amor. Se luce el tecladista Willian Gramling. El moño se lo queda el público y él se guarda algunas bombachas, las huele, mueva, mueva la colita, entrega. Lloran las rosas, le dedica un tema a las chicas que dicen mentiras y a los chicos que dicen aun más mentiras. Las madres bailan más que las hijas.

Último cambio de ropa: saco de pana colorado, pantalones blanco y camisa estampada. Canta Azul y el teatro se desagota sobre Corrientes como si fuera el magma de un volcán.

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