Top Ad unit 728 × 90

Ultimas Noticias

Villa-Devoto

Adiós al hombre de las mil caras.


Adiós al hombre de las mil caras.


El popular cómico murió a los 76 años luego de padecer una neumonía y una insuficiencia cardíaca. Su gran éxito fue “Las mil y una de Sapag”.



El hombre de las mil caras (y otras tantas voces) ya no está. Mario Sapag, famoso por las decenas de imitaciones que realizó a lo largo de su carrera, murió ayer a los 76 años a causa de una insuficiencia cardíaca. Sus restos serán sepultados mañana en el Panteón de Actores del cementerio de Chacarita.
PODRIA INTERESARTE

Más+
RELACIONADAS

Más+

El actor había nacido como Mario Antonio, en Buenos Aires, el 25 de mayo de 1935, en el seno de una familia libanesa donde fue el quinto de 13 hijos. Y el don de la imitación se le despertó bien temprano: a los 14 años. Desde la década del ‘50, fue la radio la que le dio un espacio a quien se podía mimetizar en quien quisiera. Y más tarde, la televisión fue el ámbito en donde mejor desplegó su galería de personajes.

Trabajó en La revista dislocada , donde debutó en 1957, en Telecómicos y en Sábados Circulares . Pero durante una década tuvo que intercalar su trabajo como empleado del Correo Central con su vocación de actor.

El cine también lo convocó atraído por su don camaleónico: secundó a Alberto Olmedo y Jorge Porcel en muchas de sus producciones, también actuó en Canuto Cañete junto a Carlitos Balá. Y además, en varias películas de Enrique Carreras y de Palito Ortega. Luego, nuevamente llegó a la TV, esta vez para un ciclo de terror y misterio encabezado por Narciso Ibáñez Menta: El hombre que volvió de la muerte .

Durante la década del ‘70 brilló en Operación Ja Ja , Polémica en el bar y otros programas humorísticos. Pero a partir de los años ‘80, fue su momento de gloria televisiva cuando se consagró con su propio ciclo, Las mil y una de Sapag , a partir de 1984. Los casi 40 puntos de rating que alcanzaba habitualmente el programa (primero por la pantalla de Canal 9 y después en Canal 11), lo volvieron una figura hiperpopular. A él y también a sus decenas de alter ego.

Roberto Galán, Raúl Alfonsín, Mister T., Dante Caputo, César Luis Menotti, Tita Merello, Jorge Luis Borges fueron algunas de las caracterizaciones mejor logradas del cómico. Tanto era el éxito que alcanzaban sus imitaciones que varias marcas comerciales lo convocaron como protagonista de sus publicidades, en la máscara de alguno de sus personajes de más repercusión. Y hubo más: desde Carlos Saúl Menem y Bernardo Neustadt hasta Mahatma Gandhi pasando por Hugo Guerrero Martinheitz, Oriana Fallaci, Diego Maradona, Lorenzo Miguel, la doctora Ana Aslan, Carlos Reutemann, Guillermo Nimo y la lista sigue con más de 50 personajes. A todos ellos los recreó desde su capacidad para imitar gestos, modismos, posturas y voces, sumado a las máscaras (él mismo dibujaba los bocetos previos a las horas y horas de maquillaje y postizos especiales) que colaboraban para volver más verosímiles a sus recreaciones.

El éxito (que había esperado tanto tiempo como protagonista) le sonreía y, por entonces, era uno de los actores más requeridos del medio, además de ser uno de los más cotizados. “El éxito me ha hecho más bueno. ¿Saben por qué? Porque me siento mucho mejor. Y un tipo agradecido no puede ser rencoroso. Tenía que conocer el llanto y el éxito”, dijo en una entrevista.

Sin embargo, su estrella se opacó unos años más tarde, y sus intervenciones en nuevos programas no tuvieron la misma repercusión, así como su participación en algunos largometrajes.

Fue la radio la que volvió a darle un espacio entre 2006 y 2008 en ciclos junto a Héctor Larrea y Raúl Urtizberea donde intercalaba sus imitaciones con anécdotas personales. Sapag también incursionó en el teatro. Su último trabajo con continuidad fue en 2010 en Primera dama se busca , durante la temporada marplatense junto a Carlos Perciavalle, Fabián Gianola, Adabel Guerrero y Gladys Florimonte.

Sus problemas del corazón le dieron varios sustos. En 2011, estuvo internado un tiempo, en grave estado, debido a esa dolencia. Pero lo pudo superar. Desde 1964 estaba casado con Mirtha Soto a quien había conocido en el bar de Canal 9, y con quien tuvo dos hijas, Karina y Anahí.

“Yo quisiera hacer un music hall, al estilo de (Antonio) Gasalla o de (Carlos) Perciavalle, a quienes admiro profundamente”, confesó alguna vez. “Hay mañanas en que me levanto creyéndome que soy Alfredo Alcón. Y hay otras, en cambio, en que me siento una basura. Los días en que me siento Alcón, le meto para adelante con más fuerza que nunca”.

Un par de anécdotas reflejan el furor que provocaban sus imitaciones. En 1984, intentó ingresar en la unidad turística de Chapadmalal (donde se encontraba el entonces presidente Raúl Alfonsín), caracterizado como el canciller Dante Caputo. Casi lo logra. En otra ocasión, el COMFER prohibió su imitación de Jorge Luis Borges por considerarla ofensiva hacia “la ancianidad y disminución física del escritor”. Ante eso, el propio Borges, quien confesó no conocer a Sapag, declaró: “Con el esfuerzo que se habrá tomado para copiar mi manera torpe de hablar...”.

Sapag se definía como tímido y tal vez eso explique su obsesión por camuflarse en otros sujetos. “Quiero pasar inadvertido. No me gusta molestar ni sobresalir. No me gusta hacer barullo. Soy el típico introvertido”, decía. Su trabajo era el de un “hombre común” homenajeando a otros. Durante su etapa de más éxito admitió que iba a un psicólogo que lo aconsebaja para no enloquecer con tantas personalidades en su cabeza. Lo suyo era simplemente el humor: “Dios me dio el don de hacer reír y me encantaría seguir haciéndolo siempre”.




No hay comentarios.:

Powered By Blogger, Designed by Sweetheme

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.