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Villa-Devoto

El silencio de Cristina Kirchner y de Scioli ya lleva cuatro días.

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Candela Rodriguez.

Cristina, que había recibido a la mamá de Candela, no dijo nada sobre su trágico final.
El Gobierno nacional acompañó la enorme repercusión mediática del caso y la gran ola de solidaridad por la aparición de Candela cuando en la noche del 25 de agosto, a tres días de la desaparición de la niña, la presidenta Cristina Kirchner recibió a la mamá, Carola Labrador. Fue una hora y media, en la Casa Rosada. “Me escuchó como una madre. Está a mi disposición, cuento con ella para lo que necesite”, contó la mujer. El trágico desenlace – dos o tres días después – mostró que los asesinos no se detuvieron ni siquiera frente al fuerte peso simbólico del involucramiento presidencial.
Tras la aparición del cuerpo de la niña, hubo declaraciones de repudio de algunos ministros, pero los funcionarios nacionales no volvieron a referirse al tema.
En la Casa Rosada es un asunto del que no se habló más . El Gobierno se corrió de escena y acompañó en silencio la estrategia del gobernador Daniel Scioli y de su ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, quienes tuvieron la mayor exposición. Se dejó trascender que Cristina y Scioli se comunicaron para hablar del caso. Cerraron filas: la carga del sector cristinista “progresista” contra Casal y la política de seguridad en la Provincia quedó lejos, circunscripta a un debate ideológico de verano.
El horror del final de Candela impactó al Gobierno en una semana en que estaba para otra cosa. La Presidenta venía de un humor excepcional. El Gobierno había dado los datos del escrutinio definitivo que confirmaron el triunfo de Cristina en las primarias por más del 50 por ciento. Aprovechando ese envión, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, acababa de lanzar una renovada ofensiva contra Clarín y La Nación. El jueves, cuando se halló el cuerpo, la Presidenta se preparaba para hablar en Tecnópolis durante el acto del Día de la Industria. Pero mientras algunos canales daban su discurso, otros mostraban las imágenes de los incidentes frente a la comisaría de Hurlingham, donde la gente reclamaba justicia.
La caracterización del crimen es una polémica que se viene.
La hipótesis de la “venganza narco” colocaría el tema fuera de la órbita de la “inseguridad” a secas, sobre la que se piden cuentas al oficialismo. Los opositores ya hablan de “fracaso” de las políticas de seguridad (ver aparte). Y nadie salió a contestarles.


Duras críticas opositoras

“El sistema de seguridad está quebrado. La provincia de Buenos Aires está controlada por las mafias”, advirtió ayer el diputado Francisco De Narváez, en reacción a la falta de eficacia oficial a la hora de evitar la muerte de Candela.

El candidato presidencial de la UCR, Ricardo Alfonsín, reclamó “responsabilidad” al Gobierno nacional y al provincial y “cambios importantes” en la Policía y el sistema carcelario.


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