J.J. Abrams: “No quiero plagiar a Spielberg”.
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ESPECTACULOS / Se habló mucho de la conexión entre J.J. Abrams, director de Super 8 y, su héroe, Steven Spielberg. Los dos ven el mundo como niños grandes con miradas sorprendidas, y sus trabajos más queridos (para Abrams: Lost, Alias y Star Trek; para Spielberg: E.T .y Encuentros cercanos del tercer tipo ) mezclan la maravilla de lo sobrenatural con la cosecha tierna del corazón humano. Los dos también iniciaron sus carreras a los 12 años haciendo películas caseras en 8mm. Spielberg ganó una insignia de los Boy Scouts y Abrams se concentró en su obsesión de toda la vida: los efectos especiales. “Lo que me gustaba de los efectos era la magia que tenían”, me dice Abrams. El director-escritor-músico (compuso los temas de muchas series de TV suyas como Lost, Felicity y Fringe ), de 45 años, está vestido con unos jeans informales, tiene anteojos de intelectual con montura negra y el pelo negro ondeado con un mechón parado. “Cuando era chico me encantaban los trucos de magia. Cuando vi cómo se hacían las películas, cuando con mi abuelo hicimos una visita a Universal Studios, recuerdo que me pareció que ésta era otra manera de hacer magia. No era el tipo con galera y conejos, era una forma de crear ilusiones, hacer real algo que no era. Podía ser un avión volando por el aire, una criatura que no estaba allí, una escena de pelea, sangre salpicada, una ventana que se rompía, fuego... cualquier cosa. Todos eran pequeños trucos de magia, y la idea de que podían sumarse creando la ilusión de algo real para que la gente reaccionara emocionalmente a un hecho, me resultaba muy excitante. “Me creaba tareas para hacer: ‘Quiero ver si puedo hacer que esa nave espacial realmente vuele, que esa persona tenga un mellizo y esté en el mismo recuadro’. Y después lo hacía. Francamente, uso algunas de esas ideas mucho más ahora que cuando era chico”. Veo que Abrams se pierde en la pregunta frunciendo el ceño y mirando al espacio mientras responde. Después habla rápido. “Lo que me gusta de Spielberg es una sensación de posibilidad ilimitada, de que la vida te puede deparar cualquier cosa, de que a la vuelta de cada esquina puede haber algo extraordinario. Lo que no significa glorioso y bueno. Puede ser aterrador, puede ser desconcertante y perturbador, o maravilloso y divertido, y que nos transporte”. Aterrador y divertido son descripciones adecuadas para Super 8 , el primer filme de Abrams como director y autor. Usando sus experiencias adolescentes, la historia sigue a un grupo de chicos en 1979 cuando se lanzan a hacer una película de zombies en 8mm. Nuestro héroe es Joe, un muchacho de 13 años que debe lidiar con la muerte de su madre en un accidente fabril, en tanto colabora en la película de sus amigos diseñando maquillaje para monstruos. La fantasía cae en la escalofriante realidad cuando los chicos presencian un choque violento, seguido por lo que parece ser la huida de una presencia malévola. A partir de allí, se producen fenómenos misteriosos, llegan militares, empieza a desaparecer gente y Joe lucha por salvar a sus seres queridos. “Cuando llamé a Steven, fue como la intuición de trabajar con alguien que había sido mi héroe desde que era chico y no tenía una idea clara de la película -admite-. Lo único que tenía era el título, y sabía que podía ser una película sobre un grupo de chicos que hacían películas, y él era la única persona que conocía que había hecho lo mismo que yo, que podía ayudarme. Lo llamé y dijo que sí”. Hasta el aficionado casual podrá unir los puntos entre Super 8 y los clásicos de Spielberg como E.T., Encuentros cercanos..., Jurassic Park e incluso Los Goonies . Le pregunté a Abrams si había tenido que luchar por no repetir a Spielberg en el terreno del maestro de la ciencia ficción emocional, o si era un homenaje deliberado. “La presunción inicial no fue ‘voy a hacer una película spielberguiana”, dice Abrams. “No pensé: ‘Ahora, empecemos a plagiar otros filmes suyos’. Simplemente: ‘Esta historia podría ser cool’. Llamé a un tipo que tenía una productora llamada Amblin, que hizo un puñado de películas que me gusta, y si estás trabajando con alguien que te inspira, es parte de la diversión”. “ Super 8 es sobre chicos que en 1979 tienen la edad que yo tenía en ese momento, y las películas de Steven tenían una influencia en mí. Lo lógico no era: ‘OK, imitemos sus películas’, sino hagamos una película que dé la sensación de estar en la misma categoría. Trataba de emular un espíritu. Como la estaba haciendo con Steven, me sentía libre para recurrir a esas cosas. Nunca habría hecho esta película así, si él no la hubiera producido”. Además del estreno de Super 8 , Abrams tiene varios proyectos: la cuarta película de Misión: Imposible que está produciendo: las próximas series de TV Alcatraz y Person of Interest ; la serie Fringe ; además de una serie cómica que está desarrollando. Y también está el próximo Star Trek , que está contento de dirigir. ¿Se siente responsable de perpetrar la supremacía del ‘nerd’? Cuando yo empecé, un nerd, un geek, era un perdedor indiscutible, un marginal total, un insulto enorme. Ahora, de alguna extraña manera, es motivo de orgullo.  |
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