Fotografiaron a un fantasma que aterrorizaba a una familia en San Martín.
Sobrenatural?.
"Quiero tu alma", le habría dicho el espectro a una niña. Un equipo especializado trabajó en la casa hasta que pudo dar con el aparecido.
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8/8/2011
Historias de fantasmas y aparecidos, viudas y espectros se escucharon desde siempre en las calles del conurbano. Casas embrujadas y rincones oscuros con voces de ultratumba, aunque muchos de estos relatos nunca fueron comprobados y alimentaron a los miles de mitos urbanos.
Guiados por uno de estos rumores, un grupo especializado en fenómenos paranormales tomó por asalto una vivienda de San Martín hasta atrapar, aunque sea en una fotografía, a uno de los fantasmas que atemorizaba a una familia.
El grupo supo con sólo recorrer el lugar que se trataría de una investigación ambiciosa y peligrosa en donde no encontrarían “fantasmas comunes”, inofensivos: El lugar presentaba signos de haber sido utilizado para rituales de satanismo, lo que indicaba que podrían toparse con entidades muy poderosas, atraídas por este tipo de técnicas.
La familia que ocupa la casa vivía atormentada, atemorizada; prácticamente no los dejaban vivir en paz. Inclusive una joven adolescente tenía que dormir con la luz encendida y aún así, estos seres le susurraban en el oído, la amenazaban, la destapaban, la tironeaban de los pies, le golpeaban el colchón desde abajo y hasta la habrían hecho levitar.
También veía a una nena que la llamaba "mamá" y a otro ser que le "enseñaba" visiones de sacrificios que se habrían hecho en el propio sótano de la casa. Muchos llegaron a pensar que estaba poseída. Una noche, cansada de tanto tormento, enfrentó a uno de los "fantasmas" y le preguntó: "¿Qué querés de mí?". La respuesta fue contundente: "Tu alma".
La nena no era la única víctima: Todos veían espectros deambular por la casa y a una mujer quemada en el baño, hecho que realmente había ocurrido años atrás. Muchos vecinos aseguraban haber visto a una señora que se asomaba por la ventana, aún cuando no quedaba nadie en el lugar. La situación era insostenible y las cartas ya estaban echadas.
Años atrás, en el predio había funcionado una fábrica de rulemanes. Ahora sólo quedaba la vivienda justo en el centro de la oscuridad total: entre un sótano viejo y un galpón siniestro, lleno de recuerdos. Sólo quedaba organizarse para cubrir todo ese espacio: 18 investigadores de ACEPCA (Asociación Civil de Estudios Paranormales y Ciencias Alternativas), divididos en tres equipos, para registrar 600 metros cuadrados de plena sombra y frío estremecedor. La búsqueda de fantasma fue acompañada por periodistas que pudieron documentar los hechos, según publicó el diario Crónica.
Uno de los investigadores, identificado como Mariano, logró contactarse con un artefacto especial, un medidor de energía electromagnética (EMF) que comenzó a sonar cuando se llamó al espectro. La alerta sonora delató la presencia de “algo”. Para chequear el contacto el investigador le pedía al “fenómeno” que se acercara y se alejara para que el sensor sonara y se callara según la ubicación.
Otra investigadora, Leila, fue la encargada de recorrer el galpón. Donde percibió pasos y golpes hasta que uno de los médiums logró ver otra presencia: "Allá pasó una sombra”, alertó.
En las oficinas, otra especialista llamada Pamela, aseguró que desde detrás de unas ventanas la espiaba otro espectro. Las linternas de los investigadores no lograron iluminar nada, pero las cámaras de fotos lograron registrar la presencia de otras energías en los lugares específicos donde los investigadores señalaron.
Si bien la investigación fue positiva en cuanto se pudo fotografiar a los espectros, poco pudieron hacer para que la familia evite seguir sufriendo las molestas compañías. Al finalizar la noche y la investigación, uno de los médiums intentó comunicarse con los espíritus y este trató de tomar su cuerpo. El riesgo era demasiado alto por lo que los investigadores decidieron dar por terminada la jornada.
Las imágenes obtenidas durante el trabajo de campo son la evidencia de la presencia de “aquello” que asustó a la adolescente y a su familia. La Casa, ubicada en el partido de San Martín no fue identificada ni su dirección difundida para evitar curiosos o inclusive algún tipo de atentado.
