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Villa-Devoto

Elecciones primarias en la carcel.

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Elecciones.

Unos 184 internos del penal de Devoto estaban habilitados para sufragar dentro de la prisión. Detalles de unos comicios a los que nadie quiere pertenecer.
Para llegar hasta las urnas, hay que pasar múltiples controles. No es para menos, el lugar lo amerita. Es la única prisión de la Ciudad que queda en pie, y alberga a internos de diversos antecedentes. Pasar por detectores de metales, cruzar enormes puertas de inusitadas llaves de hierro, desprenderse del celular y no filmar a los presos, son algunas de las condiciones para acceder a los comicios que allí se desarrollan.

En el lugar, todo se desarrolla con tanta calma que los controles parecer exagerados. A entender de los guardias, no lo son. Hay dos cuartos oscuros habilitados, separados por el criterio de los apellidos de los votantes, una mesa de la A a la J y en la otra, los restantes. Más allá del intenso control, el lugar parece una escuela común, incluso los carteles son los mismos, hasta el que llama la atención advirtiendo de posibles penas de hasta 1 y 3 años de prisión en los delitos electorales.

En el servicio penitenciario del barrio porteño de Devoto, había hoy unos 484 empadronados para votar. De ese número, unos 134 se encontraban habilitados hasta ayer y finalmente hoy, la Junta Electoral habilitó a otros 50, lo que dejó un total de 184 detenidos con chances de elegir a sus representantes.

“Ellos tienen la voluntad de participar y creo que es un reconocimiento porque son parte de la sociedad, más allá de las circunstancias”, le dijo a Clarín.com Marisa Borda, alcaide y jefa de asistencia social en la prisión. “Ellos tienen acceso a toda la información. Tienen contacto con sus visitas que les transmiten y lo que es la responsabilidad del establecimiento en su área de educación y de servicio social les van notificando de las elecciones. Incluso les preguntamos de la situación de su DNI para que ellos puedan votar y si está extraviado tramitarlo”.

“Hay un par de diferencias porque acá hay gente de muchas provincias y hay listados únicos de cada provincia y un listado general por presidencia”, explicó Pablo Maltese, presidente de mesa de una de las dos preparadas para los comicios. “Los votantes emiten su voto con un sello en forma de cruz para los que quieran votar y no hay sobres, si no que es la misma lista que está firmada por el presidente, que en este caso soy yo”. “Hay mucho respeto y entusiasmo de parte de los internos”, aclaró.

A pesar de su condición, los internos están tan obligados de votar como cualquier ciudadano. El estar en prisión no es un impedimento para cumplir. En caso de que uno no se presente al cuarto oscuro, se le labra un acta indicando el por qué no fue a sufragar, simplemente para dejar constancia. “Es algo puramente administrativo”, aclaran las autoridades. Nos alejamos con la seguridad de que los internos estaban contentos por poder votar, pero que anhelan pertenecer a los sufragios de una escuela fuera de ese edificio.

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