El técnico argentino habló del partido final en el que puede conseguir, con Paraguay, un título que lo diplome. DEPORTES / Con mucha tranquilidad afronta Gerardo Martino lo que será “el partido más importante de mi vida como entrenador”. Se lo nota distendido, calmo, seguro del equipo que tiene. Y ese relajamiento se deja entrever en su vestimenta: al igual que Marcelo Bielsa, opta por la ropa de entrenamiento antes que el traje más formal que luce en los partidos. Sereno, se sienta y contesta todo. Y hasta se permite hacer algún chiste en referencia al altercado con César Farías, el DT de Venezeula. “Prefiero hablar de Tabárez”, dice y sonríe cómplice. El interrogante más recurrente -quizá demasiado- giró en torno a lo atípico de llegar a la final de la Copa sin ganar un sólo partido. “Nosotros nunca preparamos un equipo para empatar. Además, siempre jugamos dentro del reglamento, porque hasta donde yo sé, empatar y ganar por penales nunca ha estado fuera del reglamento... Si alguien piensa que porque festejemos no hacemos autocrítica, está equivocado. No hace falta que nos recuerden cuando jugamos mal: nosotros sabemos cuando no jugamos bien”, explicó Martino. El rival del partido estelar será Uruguay, para muchos, el gran candidato. “Uruguay llega de menos a más, con una expresión futbolística mejor, y nosotros estamos haciendo un proceso al revés”. Y agregó: “Hace tiempo que Uruguay es muy sólido. Está convencido de lo que hace y tiene dos delanteros excepcionales. Desde hace tres años vienen jugando con una regularidad y una solidez digna de remarcar”. Con respeto a la sanción por su expulsión, el Tata dijo: “Estoy apenado por no estar dentro de la cancha. Siento que volví a cometer un error muy grave, imperdonable”. Por último, dejó un frase certera y significativa: “Nuestros jugadores están muy bien física y mentalmente. Por eso, ahora, ser campeones es lo único que importa”. |
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