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El bailarín debuta con un show que combina la danza con el circo, y donde hace acrobacia en altura. Cuenta en qué se parece a “Stravaganza”, y habla de “ShowMatch”.
20/5/14
Abre la charla con un pedido urgente: “quiero dormir, lo necesito en serio”. Que lo diga un bailarín, en este caso, Hernán Piquín, habla de un motor realmente pasado de revoluciones. Hoy estrena Signum, un nuevo show donde combina la danza y el circo. El director es el australiano Sean Mac Mckeown, quien trabajó como director invitado del Cirque du Soleil en Alegría. Además, Piquín sigue con su participación en ShowMatch (El Trece) y cuenta su rutina: “Ensayo de 11 a 14 en el teatro; de 14 a 16 voy a Ideas del Sur, y de 17 hasta donde sea me vuelvo al teatro. Es cansador, pero estoy contento de agotarme por un trabajo que me da placer.” Viniendo de la danza, ¿te costó relacionarte con el circo?
Me costó encajar, probé mucho porque al principio pensé que podía ser un estorbo. Pero finalmente, aunque me costó, pude dialogar con el circo. Además de bailar, hago acrobacia en altura, a casi 30 metros, y trabajo con cintas. Mi personaje es un malvado que busca, a través de símbolos, conducir a la protagonista hacia la oscuridad de su vida.
Por la estética tan ligada al Cirque du Soleil, sos un competidor de “Stravaganza”. ¿Cómo lo ves?
No tiene nada que ver, todo lo que esté relacionado al circo es lo mismo que pertenezca al Cirque du Soleil o al Rodas. En todos hay trapecistas, cuerdas, malabaristas. Compartimos, sí, con Stravaganza el lenguaje del circo, pero si dicen que nosotros copiamos al Cirque, ellos también claramente copian de la misma fuente. Hay público para todos y eso es lo bueno.
Ya ganaste ‘Bailando por un sueño’, ¿qué estrategia tenés para este año?
Ninguna, me manejo con el corazón. La pelea no me gusta. Desde los 10 años sé que bailar no es joda; la danza es lo que me da de comer y, fuera del juego mediático, ir a ShowMatch, para mí, a nivel profesional, es lo mismo que bailar en el Bolshoi.
