Y un día Nico volvió.
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Así como Y un día Nico se fue-el musical de Osvaldo Bazán-, otro día volvió . No es el mismo Nico, ni tampoco es que Repetto se haya ido. De hecho, cada tanto aparece en alguna esquina de Farsantes (El Trece), como uno de los amores históricos del personaje de Julio Chávez. Pero la ficción -un género que le sienta bien-, no es su as de espada.
 Y un día Nico volvió.
17/11/13
Esa carta la tiene en el mazo de la conducción, naipe que más de una vez se pudo haber pegado en la frente como hacen los jugadores de truco cuando tienen la mano ganada. Lo pudo haber hecho con sus momentos memorables de Fax, con sus juegos de los mediodías de Telefe, con sus entrevistas de Sábado bus, con sus creaciones, con su sello de autor. Un tipo como él marca diferencia. Cuando está y cuando no está, también. A tal punto, que cuando el martes se sentó del otro lado del mostrador en un mano a mano con Alejandro Fantino en Animales sueltos (a las 23.30, por América), a muchos televidentes se les debe haber encendido la añoranza por esos productos marca Repetto . Verlo contestar no es verlo hacer, pero, en su caso, esas dos acciones se le parecen bastante. Durante una hora y media, habló de producción, de conducción, del rating en general, del minuto a minuto en particular, de los límites, del cuidado de lo que se ve y del trabajo de lo que no se ve. Y en una buena reacción de los productores de Animales sueltos, algunas escenas de su pasado iban acompañando, como buena música de fondo, sus palabras en el momento justo. Botón de muestra: Repetto recordó cómo había empezado la entrevista que le hizo al escritor Ernesto Sabato en Fax y de inmediato se reprodujeron esas imágenes bajadas de Internet que, a 22 años de haber sido grabadas, parecen no tener fecha de vencimiento. A esta altura, con la televisión que él hizo y con alguna improvisada televisión de este tiempo, es curioso que algunos lo sigan cuestionando Que si es soberbio, que si lo que hace es ‘cool’ (palabra a la que se proponen enfrentar con ‘popular’ ), que si el famoso video que compaginó para al arranque de Domínico, en 2004 -contando lo que se vivió en la Argentina tras la crisis del 2001, por la cual él se fue a España por un tiempo-, debe condenarlo para siempre. Hay causas, como ésa, que a fuerza de talento, trabajo y trayectoria -con 31 años de oficio, en los que ganó dos Martín Fierro de Oro- deberían prescribir. Y, más, teniendo en cuenta la cantidad de cosas que se ha perdonado luego en la TV argentina. Y, más aún, después de que él haya reconocido que se equivocó con la “falta de timing ”. Puede gustar o no lo que hace, o cómo lo hace. O lo que dice y cómo. Pero resulta difícil imaginar cómo se justifica su ausencia como hacedor en la pantalla chica. Es cierto que el rating no lo acompañó en los últimos años (Circo criollo, ¿Querés jugar? o Nico trasnochado) como en las épocas de Nico o Decime cuál es tu nombre, con los que los mediodías se pusieron competitivos. Se sabe que la televisión es un negocio y que la medición de audiencia es el termómetro que indica si hay fiebre. Pero también está demostrado que hay productos que pueden sobrevivir sin grandes números al lado. Y, si no, que lo diga la ficción de este año, que merodea los 15 puntos, lejos de las glorias numéricas de otros años. Nico sabe hacer televisión y sabe hablar de televisión. Por eso se convirtió en imperdible su nota del martes con Fantino. Porque contó detalles de producción, de esos que no se ven, pero pueden marcar el destino de una nota, como cuando compartió que en la sección Grandes bellezas , de Sábado bus, la consigna era que la bandera que la modelo llevara a una tierra lejana flameara con o sin viento. Y que si era necesario llevar hasta ahí un grupo electrógeno, se llevaba. De ésas, hubo varias clases del detrás de escena de la TV. Sin haber vuelto, Repetto dio cátedra. Y ése, también, es un modo de volver. Sería bueno que la pantalla, ahora, además de dejarlo hablar, lo dejara hacer. |
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