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"Wakolda" En Cannes, con la historia de un criminal nazi.

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La directora presentó “Wakolda”, filme basado en su propia novela, sobre los pasos de Joseph Mengele en la Argentina. Con Natalia Oreiro y Diego Peretti, tuvo buena recepción. Con una Sala Debussy colmada, aplausos antes de la proyección y una ovación como en esta edición no han tenido muchas películas de la sección Una cierta mirada, en la que compite, “Wakolda” tuvo su premiere mundial en el Festival de Cannes.
Wakolda    (Ver Video >>>)
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22/5/13

Y un dato no menor: salvo tres espectadores, nadie abandonó la sala, lo que habla de la intriga que despierta en el público la estada de Josef Mengele en Bariloche, por 1960, y su relación con una niña de 12 años, con problemas de crecimiento, y sus padres argentinos, que manejan una hostería a orillas del Nahuel Huapi.

Lucía Puenzo, su directora, presentó en el escenario a todos sus productores (argentinos, españoles, mexicanos y hasta noruegos) y agradeció a su pareja, Sergio Bizzio por subirse a un avió después de cuatro años para estar compartir con ella este momento. No siempre se estrena una película en Cannes…

Antes y después, la directora de “XXY” y “El niño pez”, y novelista -de aquí vuela a París a presentar “Wakolda”, la novela en la que se basa su filme- habló con “Clarín”.

“Ahora estoy más relajada, durante la proyección estaba muy nerviosa. Nunca la había mostrado en público, y la recepción de la gente me impactó”, dijo Puenzo, que estuvo acompañada por su padre, Luis, el protagonista, el catalán Alex Brendemuhl, y los argentinos Guillermo Pfening y Ana Pauls (ver recuadro con Natalia Oreiro y Diego Peretti).

¿Cuánto hay de veracidad y cuánto de imaginación?

Todo lo que se sabe de él es que vivió casi cuatro años en Buenos Aires, figuraba con su nombre en la guía telefónica, y huyó de Buenos Aires cuando el Mossad capturó a (Adolf) Eichmann, otro jerarca nazi. En los meses siguientes se le pierden los pasos y después reaparece en Paraguay. "Wakolda" cuenta esos meses entre Buenos Aires y Paraguay, mezclando elementos históricos con otros ficcionales.

¿Qué te llevo a investigar y crear esta historia de Mengele?

Cuando empecé a escribir la novela, y también durante la escritura del guión, más que el costado histórico y político del nazismo me intrigaba su fascinación con la genética, con la pureza de la sangre, con la idea fanática de poder modelar genéticamente una nación entera. Esta visión biomédica estaba en el corazón del nazismo. Y también me intrigaba el costado esotérico del nazismo, que llegó a inventar una mitología de superhombres y ciudades subterráneas. Mengele es un exponente de toda ese fanatismo, porque encarna ese contacto perverso con la ciencia. Y no deja de ser paradójico que un tipo que odiaba tan apasionadamente la mezcla racial terminara en un continente mestizo: durante más de veinte años se escapó del Mossad viviendo entre la Argentina, Paraguay y Brasil.

¿Cómo puede embelesar, cautivar un ser despreciable?

Todos estos personajes los hace más siniestro que no tengan pegado el cartel de monstruo. Y Mengele era un hombre culto, refinado. Lo hace más peligro correrse del estereotipo.

Salvando las distancias, es como un Hannibal Lecter...

Todos estos asesinos carismáticos hacen incómodas nuestras identificaciones, hace que el espectador esté incómodo.

El encuentro con la familia argentina es ficción.

La familia que conoce en medio de la ruta del desierto contiene todo lo que a él lo fascina: una madre de la clara ascendencia alemana, un padre de sangre mestiza, dos hijos varones que él cataloga como "homo europeans" por la perfección de sus rasgos, y una única hija mujer (Lilith, Florencia Bado), diminuta para su edad, pero perfecta en sus dimensiones, que es la protagonista de esta historia.

¿Cómo elegiste a Florencia para un papel tan crucial?

Fue un casting largo para encontrar a Lilith. Tenía que ser una actriz muy pequeña, de tamaño y edad, que tuviera la frescura y la inocencia que necesitaba el personaje, y al mismo tiempo también la intensidad suficiente para ponerse al hombro casi todas las escenas de la película. Flor no había tomado ni una clase de actuación, el de "Wakolda" fue su primer casting.

Supongo que elegir a quién interpetara a Mengele no habrá sido sencillo.

Tenía que encontrar un actor que hablara muy bien el español, y que tuviera un alemán perfecto, hasta con el acento del sur que tenía “el ángel de la muerte”. Además de una edad y fisionomía cercanas a Mengele. Y el catalán Alex Brendemühl , que es perturbadoramente similar a Mengele (alcanza con poner una foto al lado de la otra), tiene todo eso.

¿Y por qué elegiste a Natalia Oreiro?

Para Eva buscaba una actriz que hablara alemán, porque un tercio de sus escenas son en ese idioma. Venía viendo el trabajo que hizo Natalia durante el rodaje de "Infancia clandestina" (que produjo su padre Luis), y un día le pregunté si estaba dispuesta a aprender alemán hasta hablarlo como si fuera su segunda lengua. La respuesta de Natalia fue ponerse a estudiar alemán por fonética muchas horas por semana. Un mes después unos profesores alemanes que entrenaron a varios actores de la película escucharon sus escenas y solamente había pequeñas correcciones que hacer. En el medio encontramos a Lilith, y el parecido físico entre ambas es notable. Son una madre e hija completamente posibles. Además, Natalia había tenido su hijo hacía poco, todavía lo estaba amamantando durante el rodaje, y su personaje en la película pasa casi por lo mismo que ella estaba atravesando.

Diego Peretti no se parece en nada al Enzo que describías en la novela…

Enzo es un hijo de inmigrantes con sangre mestiza. Es uno de los personajes que más cambió en la adaptación. En la novela es más dócil, Mengele se lo mete en el bolsillo con más facilidad. En la película su relación es más compleja. Enzo lo acepta como su primer huésped porque necesitan esos seis meses de adelanto que el alemán ofrece. Como ese personaje de "Teorema", que de a poco seducía a toda una familia, Enzo también termina cediendo y aceptando hacer un negocio con Mengele, sin saber desde ya ni la verdadera identidad del alemán ni los motivos por lo que ofrece lo que ofrece. Aunque Enzo sospecha que el alemán tuvo un alto rango en la guerra, no deja de ser un médico y no un militar. Pero sí percibe la red de complicidades de la comunidad alemana en Bariloche, que ayudó a ocultar a muchos criminales nazis.

Elena Roger y Guillermo Pfening tienen dos papeles pequeños, pero importantes, que también fueron modificados del libro.

Para los personajes de Guillermo Pfening, otro alemán de segunda generación que creció en Bariloche, y de Elena Roger, ellos también aprendieron alemán por fonética, y Elena incluso tiene alguna escena en hebreo. Su personaje se llama Nora Eldoc y está basada en un personaje real que muchos dice haber visto bailando con Mengele en una fiesta municipal en Bariloche, y que después apareció muerta. Algunos plantean que no tenía nada que ver con la cacería de nazis. Pero llegaron agentes de la Embajada de Israel, certificaron su muerte y se llevaron ciertos papeles. Al igual que otros datos históricos de la vida de Mengele, Nora es campo para las conjeturas. El hecho de que quedó estéril por los experimentos que hizo Mengele aparece en algunos libros, pero en otros no. Todo este asunto de los idiomas fue algo que trabajamos muchísimo con entrenadores en la pre, el rodaje y la post de la película. Fue un curso intensivo de alemán. Pero te confieso que no nos quedamos tranquilos hasta que varias personas en Alemania vieron la película y aprobaron el alemán de punta a punta.

¿Te resultó complicado adaptar a un ritmo más cinematográfico y condensar tu propio texto?

Hay muchos cambios entre la novela y la película. Tantos, que la segunda mitad la trama de la película dispara en otra dirección. La novela habla de la pureza y de la mezcla, y tiene en el final de la trama algo que es imposible de llevar al cine porque está en el terreno de lo intangible. Los lenguajes de la literatura y el cine muchas veces parecen más cercanos de lo que realmente son. Supongo que hay que leer la novela y ver la película para entender lo que te estoy diciendo.

¿Qué te dejó el rodaje en Bariloche?

Durante el rodaje vivimos en el mismo hotel en el que filmamos. Esto fue lo mejor que le pudo pasar a la película, porque el clima de concentración fue enorme (y el rodaje muy divertido). Los cuartos de los personajes estaban en el piso de arriba del cuarto del equipo, y en el mismo comedor en el que filmamos una escena al mediodía cenábamos a la noche… Esto era algo extraño por momentos, porque los límites entre realidad y ficción estuvieron bastante mezclados un par de semanas.



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