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Las elegidas del teatro colón.

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Diez de las cantantes más conocidas de la Argentina se presentan mañana en ese teatro, con una orquesta sinfónica y un coro, ambos femeninos. Aquí cuentan cómo será el show, y hablan de lo popular, lo prestigioso y más.
Elegidas.   
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28/5/13

Mañana, una vez más, el teatro Colón le abrirá sus puertas a la música popular. Esta vez, la velada estará monopolizada por una decena de las voces femeninas más conocidas de la Argentina, quienes cantarán acompañadas por una orquesta formada por 70 mujeres y un coro integrado por 30 cantantes del mismo sexo. Todas, bajo la dirección de otra mujer: Natalia Dorfman.

Grandiosas o Las elegidas -según el momento en que la organización del evento, a cargo de la productora Sinergya y auspiciado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, haya emitido la gacetilla- son Valeria Lynch, Virginia Tola, Lucía Galán, María Martha Serra Lima, Marcela Morelo, Patricia Sosa, Julia Zenko, Sandra Mihanovich, María Graña y Fabiana Cantilo.

Con las primeras cuatro dialogó Clarín, una semana antes del show, al término de una presentación con conferencia de prensa incluida que, en medio de un llamativo desorden y entre banners de depiladoras y remiseros, se llevó a cabo sobre el escenario del Teatro.

¿Cómo recibieron la convocatoria para cantar en este concierto?

Valeria Lynch: Para mí fue algo muy especial. Yo ya canté aquí, antes de que la sala fuera restaurada. No hay palabras para explicar lo que significa pararse en un escenario con tanta historia, que tanto tiene que ver con la cultura nacional e internacional.

María Martha Serra Lima: Cuando encendés mi celular, lo primero que aparece es una foto del Colón. Mi familia tenía abono, y tuve la posibilidad de ver muchos cantantes aquí. Por eso, cuando me hablaron del proyecto, dos años atrás, me alegró mucho. Después, pensé que se habían olvidado. Pero, por suerte, no fue así. Porque creo que nos lo merecemos, por ser todas flor de laburantes.

Lucía Galán: Después de haber cantado en muchos de los más grandes teatros del mundo, en el Radio City, el Madison Square Garden, el Lincoln Center, poder hacerlo aquí es como poder cerrar un círculo, que nunca se me hubiera ocurrido que podría cerrar.

¿Qué sucedió en tu caso, que sos algo así como la anfitriona, teniendo en cuenta que te formaste aquí, y que cantaste muchas veces en esta sala?

Virginia Tola: A mí me encantó la idea. Desde mi lugar de cantante lírica, a veces no entiendo esta guerra que hay entre lo popular y lo no popular. Nosotros, con Plácido Domingo solemos cantar zarzuelas, operetas y tangos. Por eso, me llamó la atención y me encantó esta manera de unir géneros. En definitiva, lo más importante es la música, que es el idioma común que tenemos para transmitirle cosas a la gente, para darles amor, para sanarlos.

Esa guerra de la que habla Virginia mantiene vigente el debate acerca de si el Colón debe estar abierto a este tipo de propuestas.

Lynch: Para mí es importantísimo que el Colón se abra a la cultura popular. Mañana habrá mucha gente que pisará el Colón por primera vez, y eso es fantástico. Esa controversia es muy de acá. En el Carnegie Hall, por ejemplo, no existe ese prurito con respecto a lo popular. Se puede hacer algo popular con elegancia y calidad. De hecho, lo vamos a hacer.

Galán: Tenemos muy en claro que el Colón es un teatro sinfónico, clásico; pero salas de iguales características de otras partes del mundo están abiertos a otras expresiones. Y, por otra parte, cantantes como Plácido y Virginia cantan canciones populares. Lo que pasa es que el argentino suele tener una mirada peyorativa sobre lo popular. Pero yo quiero ser una artista popular, porque quiero que me vean miles y miles de personas. No quiero ser de una elite, que me vean 44 personas cada vez que canto y creerme que por eso soy una viva bárbara.

Lynch: Sin duda, este es un paso importantísimo en nuestras carreras, pero también para abrir las cabezas, y dejar que lo popular sea vendible en un lugar como este y la gente tenga acceso. Porque, para muchos de los que vengan por primera vez, puede ser un punto de partida.

¿En qué medida les condiciona su forma de cantar, hacerlo en este ámbito y con una gran orquesta?

Serra Lima: Para mí es más exigente, porque creo que no vamos a tener la referencia del sonido fuerte de la batería, o de las trompetas, en mi caso.

Galán: Es una idea atractiva. Cantar sin la parafernalia de la amplificación obliga a cantar a un volumen más normal; la textura de la voz luce diferente.

Lynch: Una tiene que adaptarse, sin por eso cambiar el estilo. Pero la voz se pone a otro nivel.

Tola: Lo importante es que cada una mantenga su personalidad, haciendo la canción que haya elegido.

Galán: Fíjate que todas somos muy diferentes entre nosotras. No hay dos parecidas, aunque compartamos el género musical.

Serra Lima: Ninguna imita a nadie.

¿Se puede saber qué canciones eligieron?

Serra Lima: Yo, canto Por amor.

Lynch: Yo prefiero que sea una sorpresa.

Tola: Voy a hacer Contigo en la distancia.

Galán: Y yo voy a cantar una que se llama Primero yo. Sacamos la parte de mi hermano (Joaquín, su compañero en Pimpinela) , y quedó muy bien.

¿Y con quién te vas a pelear?

Galán: Con nadie. Yo no me peleo todo el tiempo.

Antes hablaban de quienes vendrán, pasado mañana, por primera vez al Teatro. ¿Piensan que la gente que es habitué se dará la libertad de venir?

Tola: Creo que a los habituás que tienen unos años, quizás no les interese este tipo de conciertos. Y no sé si nos interesa que vengan. En cambio, sí me interesa que venga gente joven, y que se quede con las ganas de volver a ver una ópera.

A Hernán Piquín algunos de sus pares lo criticaron por haber ido al programa “Bailando por un sueño”. ¿Suponés que te puede pasar algo parecido?

Tola: Ya me pasó. Pero, para mí, lo más importante es que si soy feliz haciéndolo, esa felicidad le va a llegar al público.

Galán: La tara, finalmente, es del que critica. Que vaya a un terapeuta.

Tola: Yo no tengo prejuicio, y me encanta ser artista. Acá, con ellas, o en la Opera de Milán.

Serra Lima: Somos artistas.

Galán: Igual, acá atrás va a haber una pileta de vidrio en la que nos vamos a meter. (Risas)



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